domingo, 2 de febrero de 2014

En Febrero

Viene a ser esta Encarnación, como una marmota dormida, el  mejor indicativo de lo que ocurre en esta callada ciudad. Una frase del tiempo rosa acerca del hipnotismo, aun persiste sin que nadie repare que para salir del sueño construido por algún componente de la familia de los ze-pan, se hace necesario, mas que tocar diana floreada,  que alguien se decida soplar las autenticas trompetas de Jericó, que de ellas se tiene constancia de su eficacia en derribar construcciones.

Un año más llega este día de luz, en el que la dormida marmota no sale y se retrasa, como feria de Abril que llegará en Mayo.

Un año mas, como siempre, en el que la cigüeñas vienen buscando el Sur en su migración de toda la vida, y se dejan ver por las espadañas al objeto de reparar sus enormes construcciones y hacer sonar sus rojos picos antes de llevar a cabo el  apareamiento.

Un año más y nada ha cambiado dentro del laberíntico mercado amarillo por mas que este del caballito de madera, podía ser el de los cambios y las innovaciones, siempre según los chinos, pero lo mismo se atrasa como la marmota.

El tiempo apacible de este año atrasará la recuperación de las ventas, que suelen subir con los inciensos, hasta que retumben los tambores de las bandas de cornetas en los cristales, en esta cuarta ocasión, después de tres años imposibles, como lo de las setas, y definitivamente la esperanza de la puerta sea un indicador fiable, como la marmota, como el crotorar de la cigüeña, como las cornetas, como el caballito de madera, que nos haga pensar que el cambio se ha producido, y la innovación predecirá el acierto de abrir la puerta como el signo de la recuperación esperanzadora de un lugar que languidece sin luz, en la oscuridad de las solitarias calles de un mercado sin salida, sin sueños, por mas que el reservorio de placeros aun duerman sueños, por cuanto que no sean como los de Josué, que invitó a todos a soplar, ya sabéis, paro no caerá esa breva.

Sevilla a 2 de Febrero de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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