En Febrero
Viene a ser esta Encarnación, como una marmota dormida, el mejor indicativo de lo que ocurre en esta callada ciudad. Una frase del tiempo rosa acerca del hipnotismo, aun persiste sin que nadie repare que para salir del sueño construido por algún componente de la familia de los ze-pan, se hace necesario, mas que tocar diana floreada, que alguien se decida soplar las autenticas trompetas de Jericó, que de ellas se tiene constancia de su eficacia en derribar construcciones.
Un año más llega este día de luz, en el que la dormida
marmota no sale y se retrasa, como feria de Abril que llegará en Mayo.
Un año mas, como siempre, en el que la cigüeñas vienen buscando el Sur en
su migración de toda la vida, y se dejan ver por las espadañas al objeto de reparar sus enormes
construcciones y hacer sonar sus rojos picos antes de llevar a cabo el apareamiento.
Un año más y nada ha cambiado dentro del laberíntico mercado
amarillo por mas que este del caballito de madera, podía ser el de los cambios
y las innovaciones, siempre según los chinos, pero lo mismo se atrasa como la
marmota.
El tiempo apacible de este año atrasará la recuperación de
las ventas, que suelen subir con los inciensos, hasta que retumben los tambores
de las bandas de cornetas en los cristales, en esta cuarta ocasión, después de
tres años imposibles, como lo de las setas, y definitivamente la esperanza de
la puerta sea un indicador fiable, como la marmota, como el crotorar de la cigüeña,
como las cornetas, como el caballito de madera, que nos haga pensar que el
cambio se ha producido, y la innovación predecirá el acierto de abrir la puerta
como el signo de la recuperación esperanzadora de un lugar que languidece sin luz,
en la oscuridad de las solitarias calles de un mercado sin salida, sin sueños,
por mas que el reservorio de placeros aun duerman sueños, por cuanto que no sean
como los de Josué, que invitó a todos a soplar, ya sabéis, paro no caerá esa
breva.
Sevilla a 2 de Febrero de 2014
Francisco Rodríguez Estévez
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