El dictamen de la rana
Aseguran que todo lo mas será un mes lo que tendremos que
esperar para que empiecen, otra vez, lo de la Encarnación. Un nuevo comienzo de
este beguin de beguin preparado para cuando nos lleguen las previsibles lluvias
que tantos farolillos estropean.
Tajantemente se afirma que la cosa va en serio, acaso antes
todo fuera una broma. Una broma sin fin a la que quieren poner epilogo en el
prologo de esta segunda parte de lo que con seguridad, a este paso, culminará
lo que será la trilogía del misterio, del misterio de la Encarnación.
Así pues, cuando se estén vaciando los cantaros que tienen
que caer, y en los barros se hundan las botas de los operarios de la excavación
pendiente, comenzarán, con el retraso que le causó la indolencia, unos trabajos
que fueron calificados como prioritarios.
De todos es sabido que cuando concluyan, un meticuloso y
escrupuloso dictamen de la Consejería de Cultura, despejaran las dudas sobre la
conveniencia de si pueden plantarse las epatantes setas. Entonces, solo
entonces, se conocerá la viabilidad de que germine semejante siembra. Lo demás
son conjeturas sesgadas e interesadas en hacer creer que lo de la Encarnación
no tiene marcha atrás.
Con lo sensato que es darla cuando no se tomaron
precauciones.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla
11-3-05
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