Una semana más, y la visita de quien tuve aviso desde el
grupo de gobierno municipal, aun no se ha producido. Siempre ocurre que en la ultima semana
de cada mes. tiene a los ediles,, con la celebración del Pleno municipal, algo mas
atareados, y este, primero después de la vacaciones se presumía que no fuera el
momento de dedicarle a lo de la puerta de lo de la Encarnación la atención que
otras prioridades requerían.
La desértica calle, y la puerta inexistente, dan lo suficiente cada día para
contar y no parar, e incluso para mas.
Hoy como cada fin de semana, cuando nos llega de nuevo el turismo, ya sea internacional, nacional o de provincias, y en vano intento de acceder al laberinto, estos se encuentran de golpe metidos en la barreduela trampantojos, justo el sitio donde no dispusieron la puerta que, tanto por la ignorancia del teutón y por la ineficacia sevillana se sigue aplaudiendo aquello y que en lugar de rectificarse, continua riendo la gracia germánica, y maldita la que le hace a cuantos se llevan el chasco.
Hoy como cada fin de semana, cuando nos llega de nuevo el turismo, ya sea internacional, nacional o de provincias, y en vano intento de acceder al laberinto, estos se encuentran de golpe metidos en la barreduela trampantojos, justo el sitio donde no dispusieron la puerta que, tanto por la ignorancia del teutón y por la ineficacia sevillana se sigue aplaudiendo aquello y que en lugar de rectificarse, continua riendo la gracia germánica, y maldita la que le hace a cuantos se llevan el chasco.
No sería una nueva anécdota repetir esta situación que de
facto se hace diaria. Hoy ha sido el pequeño
ya zagaloncillo, de siete u ocho años, que montado en su patinete es reprendido
por su madre que no quiere que pasee subido
por las tortuosas calles del laberíntico trazado de la plaza municipal
de abastos, que admonitoriamente le indica que no es un lugar para hacer uso de
su patín, y que puede hacer daño a
cualquier personas de las que transitan, aguardan su turno delante de los
puestos o realizan sus compras, a lo que
el joven contesta, ._” Pero es que estoy en esta calle que no hay nadie”.
Complaciente la madre, comprueba que la calle del viario interior es la desértica, donde
no existe puerta, ni se cumple lo dispuesto en el propio reglamento de
mercados municipales, y aseverando su consentimiento permite que el chavea se tire un buen rato de aquí
para allá en el solitario pasillo, y para su felicidad, la madre autoriza que se quede allí, donde no
molesta a nadie, mientras ella acabe de realizar alguna compra, y como
referencia de orientación opta por decirle no te muevas de donde está la “vaquita”
(una figura de poliéster de un ternero que pertenece a la Hermandad del Valle,
que tengo en custodia), por suerte, el niño sabe leer perfectamente y le dice a
su madre “ Mama, estoy donde pone Carnes
Selectas”.
Era una indicación clara, pero no hubo suerte, pues la madre ni compró, ni pasó por la desértica calle, ni
se molestó tan siquiera en comprobar que en el "fondo de saco" si más adelante tendría alguna salida.
Pero es posible que cuando venga quien espero y debe de dar el informe que tenga el concepto comercial de lo importante que es la colocación de las puertas, incluso por seguridad, y en especial el criterio de lo público en cuanto al cumplimiento de la Ley de Accesibilidad.
Después de todo el tiempo esperando que se decidan a aplicar el sentido común para que allí se pueda colocar la puerta, visto el paso de los años aun puede suceder de todo, e incluso nada, pero con lo que ocurra nos dará la respuesta y esto, visto que ya me hago mayorcito como el niño para poder leer sin dificultad, esto debe de ocurrir en breve.
Pero es posible que cuando venga quien espero y debe de dar el informe que tenga el concepto comercial de lo importante que es la colocación de las puertas, incluso por seguridad, y en especial el criterio de lo público en cuanto al cumplimiento de la Ley de Accesibilidad.
Después de todo el tiempo esperando que se decidan a aplicar el sentido común para que allí se pueda colocar la puerta, visto el paso de los años aun puede suceder de todo, e incluso nada, pero con lo que ocurra nos dará la respuesta y esto, visto que ya me hago mayorcito como el niño para poder leer sin dificultad, esto debe de ocurrir en breve.
Sevilla a 26 de Septiembre de 2015
Francisco Rodríguez Estévez