Uno piensa que tanto le queda a lo de la Encarnación por contar, que apenas se sabe nada. No será posible que a estas alturas nadie cuente algo de esta
historia y menos que sea creíble. Es
evidente que en lo de la Encarnación no se acierta a contar, de hecho los
plazos de realización ni contando con los imponderables que pudieron surgir
durante la obra tuvieron el menor acierto pues se tuvieron que contar los meses
triplicando los previstos.
Y qué decir de las cuentas que se contaron, cuando tuvieron que contarse cuatro veces el costo calculado, naturalmente a la baja, para una adjudicación cuando menos insidiosa para conseguirla.Contar y contar solo es empezar.
Están por comprobarse los cuatro
millones cuatrocientos mil euros de la partida del deficiente equipamiento, que
por contar viene a ser en pesetas de las de antes unos dieciocho millones, para cada puesto, que
ya es decir. Todo es puro cuento.
Más difícil será contar lo que, como bien dijo el Dr. Sánchez, que no se podía explicar porque no se entendería.Para que contar.
Después del incompresible desplome de una pesada puerta del llamado Antiquarium, como explicar que este se haya mantenido cerrado por ocho meses, por más que de Enero a Septiembre nos cuente que han sido siete.
¿Que habrá podido pasar para que un recinto de tal magnitud histórica, y el mayor interés de esta ciudad permanezca tanto tiempo sin repararse? Todo hace pensar que hubo algo más que las bisagras descolgadas de una puerta que vino abajo al sufrir, segun contaron, la fatiga de materiales, que por los plazos en la reparacion, hace suponer que fueran algo más que endeblitos, pero quien lo va a contar.
Después del incompresible desplome de una pesada puerta del llamado Antiquarium, como explicar que este se haya mantenido cerrado por ocho meses, por más que de Enero a Septiembre nos cuente que han sido siete.
¿Que habrá podido pasar para que un recinto de tal magnitud histórica, y el mayor interés de esta ciudad permanezca tanto tiempo sin repararse? Todo hace pensar que hubo algo más que las bisagras descolgadas de una puerta que vino abajo al sufrir, segun contaron, la fatiga de materiales, que por los plazos en la reparacion, hace suponer que fueran algo más que endeblitos, pero quien lo va a contar.
En lo de la Encarnación saber contar es algo complicado,
tres años de provisionalidad, son 37 años, 2 meses y 18 días. De los 68 placeros,
resultan ser 38, y luego 35. Tres alcaldes
por el momento, y cuarenta años de concesión Lo de la puerta automática va para
casi cinco años, espero parar de contar.
En la zona, anteriormente calificada
como saturada de bares y ruidos, pues le
han aparecido casi treinta. Donde iba a construirse un aparcamiento, y una estación
de metro, y parada de metro-centro, fueron
otros cuentos que contaron. No es fácil saber contar, aunque parece que lo fácil
es que muchos se lo creen.
Sevilla a 9 de Septiembre de 2015-
Francisco Rodríguez Estévez
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