Es posible que no sea la ultima, y que pueden darse alguna mas, pero van
quedando ya pocas en esto de lo de la Encarnación , por lo cual, cuando sea tarde , será demasiado
tarde, y de nada servirá lamentarse.
Este nuevo periodo de varios meses de inactividad,
parón técnico le dicen, es tiempo mas que suficiente que nos debe de servir para reflexionar
nuestra actitud en este asunto, pues de poca utilidad tiene decir, por lo
bajini, resignadamente, que es una vergüenza tener aquello en pleno centro de
la ciudad, nada menos que desde los tiempos de Franco, para referirse a ese
solar abandonado a su suerte, si nada se hizo para evitarlo, y menos, manifestar públicamente aquello de que nos da
igual, y que el caso es acabar con esa indolente situación, permitiendo de esa
pasiva forma de proceder, que se realice
cualquier cosa, en tan sensible lugar, y quedarse impávido.
Tampoco nos debe valer asumir lo de “que
esto es lo que hay (que tragar)”, si nada se hizo por evitar que se llegara al
punto donde se encuentra, y para nada, eso de aceptar que desde la administración
se justifique, siendo doctor en Medicina, que allí no se puede hacer otra cosa que
esta opción de vanguardia, y afirmar que " aquello" sea la mejor de
las soluciones posibles, sin decir para quien.
Porque ya me dirán, si tras hacer un
breve análisis, la siguen compartiendo, o comprueban lo contrario. Tarde,
siempre es tarde.
Basta saber si eso puede llamarse
solución, que no la mejor, una epatante y costosa cubierta de materiales de comportamiento y uso desconocidos hasta la
fecha, cúpula llena de pequeñas bombillitas, a modo de “planetarium”, y donde
me dejan el argumento de que proyectara una sombra (escuchen, mejor lean) a la que
llaman “viva” por aquello que será variable, (acaso piensan que inventaron
el movimiento de traslación de La Tierra alrededor del Sol). Amén de
la pulverización que mitigue las calores
y un conjunto de trepadoras para la pincelada de color que recubran los estípites.
Y que decir de la azotea- botellodromo,
de la creación de locales comerciales fuera del edificio, separando una calle de
lo que dicen será un mercado tradicional de pequeñas dimensiones, como quien
dice de capacidad restringida, recoleto, intimo, de cámara, diminuto, para ser
el mercado central, el emblemático de una gran ciudad, capital del país de
ciudades (definición de Sevilla por el máximo mandatario recogida en prensa).
Miren, y remiren, los planos si tiene por
casualidad acceso a estos que se
encuentran a tan buen recaudo guardados,
que parece que no existiera, escudriñaran
entonces
el proyecto básico y no encontraran ninguna de las dos estaciones de
metro, metro de Sevilla, y metro-centro (que le llamaran tranvía) por más que miren, y el anillo periférico para
los aparcamientos ni lo busquen, porque no está, ni estuvo, ni estará.
Tampoco intente descubrir, de las múltiples ideas, cual se seleccionará para lo que son las instalaciones provisionales, el ordenamiento de la calle Regina, y el de las plazas de la plaza (perla de edil).
Tampoco intente descubrir, de las múltiples ideas, cual se seleccionará para lo que son las instalaciones provisionales, el ordenamiento de la calle Regina, y el de las plazas de la plaza (perla de edil).
¿El museo de la Hispalis ?, ya se verá en
que (in)SITU-acion se queda. Y para acabar, por acabar, piensen, para hacerse
una idea mental, o virtual, lo que puede ser esa terraza mirador, restringida a
los usuarios del gran restaurante de cinco tenedores, con capacidad para
quinientos comensales, y el ascensor a las nubes que solo será utilizado por
los selectos clientes.
Reitero que aun se está a tiempo, puesto
que no se ha iniciado nada de todo lo que, cuando nos demos cuenta, incluso
podemos lamentar no haber hecho algo más para evitarlo, que de suceder, será
demasiado tarde.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla 6 de Febrero de 2006-