jueves, 31 de diciembre de 2020

20 a 20

 



20 a 20

A pocas horas de que concluya este año que nos toco vivir y que por suerte le acabamos ni me apetece escribir nada, y es que lo de la Encarnación, sin que esté todo escrito, le quedaría mucho por leer.

En esta plaza municipal de abastos, en la que tal y como está la cosa, pasado diez años después de su inauguración todavía  continua abriendo sus aleatorias puertas de pesadas hojas abatibles, con pasamanos que tocan mil manos, en el tiempo que un contagio  de por sí ya mata. 

Entenderán que poco puede importar repetir todas las recomendaciones que a diario emiten sobre los cuidados ineludibles que son de obligado cumplimiento. Ni recordar todas las que se soslayaron en su tiempo de edificación.

Si individualmente el lavado de manos debe de extremarse, la mascarilla es imprescindible y la distancia a guardar, se implementan PER SÉ con control de temperatura y conocer el oxigeno en sangre. Y A PESAR DE ESO NADIE ESTRÁ A SALVO. 

en la televisión los especialistas en debate aconsejan conocer la contaminación que puede concentrarse en los espacios cerrados. Un sistema que hace visible a todo EL PUBLICO la situación del aire, e incluso existe el pequeño artilugio personal.

No tiene este lugar de laberintico diseño ni indicadores ni renovadores de aire, ni tampoco tiene las pesadas puertas dispuestas EN LA alineación a la corriente renovadora de aire y AUNQUE Por fortuna en la templanza del tiempo que ahora empieza a bajar su temperatura, nadie toca los pasamanos para abrirlas, y al menos, permanecen abierta en detrimento de un gasto energético del obsoleto sistema de climatización, de alto consumo, y lejos del ahorro energético, careciendo de panales solares, que en la laxitud consistorial no parece que lleve a exigir nada al respecto.

 Lo mismo, ignorantes de que existe nanotecnología para que aquello sea algo mas que una estructura multidisciplinar que así fue calificada por el delfín que salió de najas cuando no le salieron las cuentas, esas que en su imaginación tenia prevista la llegada de toda la linea Fashions de nueva york, evidentemente que era un sueño del ahora dedicado a la mística y meditación. ¡Que cosas!, 

POR LO QUE después de una década decadente que ALLÍ en la azotea lo mismo se acoge la primera tontería que lleve a cabo cualquiera que se instale, siempre en beneficio de la concesionaria, sin tener en cuenta la ubicación céntrica en la capital de Andalucía, donde se privatiza la azotea publica, ESA que por nada del mundo, ni para gloria del doctor, LO DE  llamarla plaza mayor, no pasa de ser una broma. Y Con la broma no se juega.

Vete veinte, adiós, aun quedaran años para encontrarle a esta Encarnación soluciones. Lo mismo este ya no las tiene, y puede ser que sea que pase mi sí, pase misá, que ni las buscaRAn.

Sevilla a 31 de Diciembre de 2020

Francisco Rodriguez

viernes, 25 de diciembre de 2020

Navidad

 Fun, Fun, Fun,

Acaba de sonar las doce en el reloj del comedor, hora de Ángelus. Mi reloj  interior en estos días en los que podría olvidarse de medir mi tiempo, actúa como si tal cosa. Ni tiene en cuenta de que aunque rendí temprano, y que tanto Valeriana, como Melisa, y Margarita me acompañaron a la habitación, no tiene en cuenta de que hoy  merecería gozar un poco más en la cama, el placer se me hizo corto, cuando llegó la puntual llamada.

En la hora que las oscuridad se retira me levanto con “dolores”, la pierna izquierda que ya va para tres meses y aun faltan otros tres para que la mire el traumatólogo, que tiene petición preferente solicitada, y aunque aliviada permanece tumefacta, dolorida y lasa en el  pié, que masajea la fisioterapeuta en intento de que se endurezca,  y para colmo el fun, fun fun, acaso del trozo de turrón me quedo algo en la intercesión del molar con el implante que estando con “dolores” lo mejor era buscar “Remedios”·.

El ritual diario lleva su tiempo, aseo, evacuación, peinado, infusión, toma de tensión, temperatura, medicación y  permanecer sentado frente a la pantalla ya sea del ordenador, de la tele, o del móvil, la radio va dando canciones de Navidad en ingles. La tostadora me avisa y el microondas calienta el agua, listo el desayuno de primera hora.

Clarea la mañana y tres mensajes en el móvil, son de insomnes que me felicitan. El club crece con los años, que larguito me resultará el día como siga tal como en estas seis horas consumidas, con tres desayunos y un vermut con gambas de las de anoche. Resulta raro que no tenga ninguna llamada de mis familiares, de los que con seguridad creo que no compartieron mesa fuera de su burbuja, yo tampoco. 

Aun nos queda el campo. Si abre el día arrancaré el coche que está estacionado desde la segunda ola, y ni pensar quiero que le tenga que tener sin moverlo, entre el pie y la pandemia, otro estado de alarma.

La tibieza del Sol ha hecho levantarme hasta la terraza para ver un tenue celeste del cielo, fun, fun, fun, y el dolor que al levantarme de la mesita  se refleja en la parte alta casi en la cadera, por la zona anterior, tendré que salir a dar un paseo de cojetadas, pues permanecer sentado en la silla, aun por poco tiempo, no mejora la situación. Andar, y andar, y volver a …………sentar.

Leo un anuncio contra el dolor, y asusta leer las contraindicaciones, de hecho creo que no lo podría tomar nadie, y eso que es de Munich. Almuerzo a las tres.


Sevilla a 25 de Diciembre de 2020

Francisco Rodriguez- 


jueves, 24 de diciembre de 2020

Tener ....... o no

 


Tener …no tener

Llega la esperada Venida de este trágico veinte, año de la rata de los chinos, los de la covid, uno puede tener aun esperanza comercial para estos días jubilosos pero ya nada puede ser como antes. Sin hacer de esto una tragedia, que es más, mucho más, y más cuando parece que nos encontráramos en la espera de la tercera ola, como si de una república o un reitch se tratara, para que aun tengan que cobrarse más vidas. Tiempo serio, tiempo complicado, tiempo de confinamiento.

La Esperanza de la Venida, que llega esta noche desde que empezamos a contar los días para FESTEJARLA, en esta cabe la posibilidad de que ciento de miles de personas no celebraran nada de nada y acaso SEAN MUCHOS LOS QUE busquen la cama con antelación para que todo pase antes, y mañana sea otro día, sin que les asalten pretéritos recuerdos.

En otro tiempo, al llegar las saturnales, el bullicio de las compras estaba centrado en la plaza, la plaza de abastos de toda la vida, por suerte esta de la Encarnación, muy a pesar de su malísimo diseño y el maltrato que de la municipalidad recibe en su total despreocupación, aun conserva el fondo de su  existencia en el hacer diario de los vendedores, DESDE EL TIEMPO DEL FRANCÉS. No estamos solo.

La sobredimensionada competencia de cadenas alimentarias, grandes superficies, almacenes y ventas online, no son óbices para que la selecta clienta, ya en reducido numero, siga acudiendo con fidelidad, por la calidad que se muestra y por la confianza de años que se ha generado en esta Encarnación de mis carnes, ahora de mis canas.

No son jornadas como las de antes, ni mucho menos, en este año de inciertos comensales en cada casa. Desde muy temprano he subido las persianas con el hándicap  de una espalda en tenguerengue, los mostradores estaban repletos exponiéndose llenos de variados géneros con la intención de obtener buenos resultados, pero el hombre dispones y suele ocurrir lo contrario. 

Con una pequeña cantidad de encargos por servir, repusimos todas las faltas que podían ser demandas. Cinco cuarenta y cinco, es de noche y  las vitrinas van colmatándose tal cómo crece la incertidumbre de una jornada esperada. Llega las nueve treinta, aparece el posible comprador previsto para una hora anterior, mira y remira, no contempla que se tenga tras el cristal existencia de su deseo. No es buen principio. Pide diafragma, ¡abrase visto!

Mi compadre Juan se lleva dos babillas de ternera lechal. El paladar de su nieto, le hace venir de lejos.

Tener lo previsible, y que demanden lo inesperado es como una frustración para tanta experiencia, pero este año nada es igual. Hasta dos decenas de posibles compradores no pudieron realizar sus compras, evidentemente no podemos tener todas las referencias, menos cuando intuimos que otras serian preferentes.

En día de Nochebuena de este desgraciado año la caja no alcanzó el nivel, y será raro que alguna vez vuelva, en especial estos  en los que aparecen quienes esperan encontrar en la plaza, la de toda la vida, aquello que en la habitualidad de otro lugar se les hace difícil. Hoy no.

·         La jornada concluye pronto, cansa permanecer tanto tiempo para no poder atender desavíos imposibles, ni los previstos encargos fueron recogidos, lo mismo el sábado tenemos el acierto. La sorpresa de hoy ha sido que la casualidad ha traído a dos nuevos clientes que resultaron ser hijos de dos personas que fueron amigos de mi juventud, y para cerrar el día me llegó una pareja que compra con cierta asiduidad con su hija de dos días envuelta en una mantita, ha sido la clienta más joven, lo cual hizo que me alegrara el día.  

Sevilla a 24 de Diciembre de 2020-

Francisco Rodriguez

viernes, 4 de diciembre de 2020

Santa Barbara

 


Tiempo pasado, tiempo nuevo

Tanto tiempo ya, el tiempo es tanto que se hace poco, ahora se hacen los diez años del nuevo tiempo y lo mismo se me hace tan corto como interminable, seguramente será las toxinas de las setas, y el veneno de la plaza que se infiltraron por los poros de la piel durante tanto tiempo que ya se hace tiempo de pararse a pensar que queda menos. ¿Pero cuanto? 

Este de ahora es un tiempo duro, de incertidumbres, un tiempo que esperemos que se acabe, sin dejarlo en el intento.

En este de confinamiento me ha sobrevenido el descuido de años de cargas y trabajos,  y la espalda me dice que deje lo de las setas, lo cual creo que no me gustaría, Me pregunto qué haría.

Acaso tuviera ocasión de pintar la barandilla de la terraza que tantas veces quedaba en el propósito. Cierto es que la columna me ha mandado un aviso un clarín tronando en la plaza, un toque de atención, más que de fagot, de bombardino, profundo y grave, en principio agudo, de flautín de pico. Música atronadora en el esqueleto para recordar a Santa Bárbara bendita, Patrona de los mineros tralaralara, laralan, ay, Maruxiña mira como vengo.

El intramuros no tiene camino, ahora se hace en taxi de cuatro euros por la ronda hasta las setas, parece tiempo pasado el de las caminatas de seguros pasos por lo adoquines de San Julián a San Marcos. 

La inestabilidad se junta con la pandemia en duro equilibrio y esto, junto con la soledad de unas ventas de juguetes, que si me faltan las ganas de escribir  no es por falta de ganas, pues hasta en la piel mi dermografismo me hace ver el rubor de mirar al pasado en este tiempo nuevo.

En las setas de nuevo aparecen los mismo elementos guardados para recordar una fiesta cristiana “la Venida”, cuatro guirnaldas y dos arbolitos de plástico colmatados de bombillas intermitentes que  ya no llama la atención a nadie, hasta eso ha cambiado con el nuevo tiempo, que nada cambia.

Los placeros perderán la oportunidad de recordar las efemérides de su existencia nada menos que DOSCIENTOS AÑOS donde lo fueron todo para esta ciudad, y que tuvo fuente, la más antigua que  existe de donde brotó aguardiente mistela, leche y miel, ahora en su decimo aniversario del fanal que fue sueño del doctor, ni es sinergia del sector, ni locomotora del comercio, ni emporio de riquezas, y este tiempo nuevo no deja ni tan siquiera ver el recuerdo del tiempo pasado.

La cirujana, ojos verdes, muestra su encantos bronceados en este desapacible día, tendido en la camilla hace exhaustivo reconocimiento, me dice que estoy estupendo……..para operarme. Que poco me conoce. Aparte del Tac y la resonancia, la espalda y la pierna izquierda, hasta la ingle. 

Agotaremos los plazos como la provisionalidad con la esperanza que no se nos pase como a las setas, que para la BATUCADA inaugural, con fuga el doctor, se equivoco de día y la ESPERANZA se había pasado, para abrir en domingo, no te digo.

El día ha sido aciago, se me ha estropeado la balanza, el reloj, y el infrarrojo para la columna, el teclado del ordenador y ni les cuento el caso de la babilla de ternera lechal, ni lo de las cabezas de cochino, preparadas  para un plato albanes.

 Mañana será un tiempo nuevo, tengo que ir a la farmacia con la receta del relajante muscular, me acostaré temprano. Entraremos en recuperación.  Lo mismo después de tres días. El sexto será el segundo cuando llegue al septuagésimo cuarto, así pasan los tiempos.

Sevilla a 4 de Diciembre de de 2020

Francisco Rodriguez