viernes, 4 de diciembre de 2020

Santa Barbara

 


Tiempo pasado, tiempo nuevo

Tanto tiempo ya, el tiempo es tanto que se hace poco, ahora se hacen los diez años del nuevo tiempo y lo mismo se me hace tan corto como interminable, seguramente será las toxinas de las setas, y el veneno de la plaza que se infiltraron por los poros de la piel durante tanto tiempo que ya se hace tiempo de pararse a pensar que queda menos. ¿Pero cuanto? 

Este de ahora es un tiempo duro, de incertidumbres, un tiempo que esperemos que se acabe, sin dejarlo en el intento.

En este de confinamiento me ha sobrevenido el descuido de años de cargas y trabajos,  y la espalda me dice que deje lo de las setas, lo cual creo que no me gustaría, Me pregunto qué haría.

Acaso tuviera ocasión de pintar la barandilla de la terraza que tantas veces quedaba en el propósito. Cierto es que la columna me ha mandado un aviso un clarín tronando en la plaza, un toque de atención, más que de fagot, de bombardino, profundo y grave, en principio agudo, de flautín de pico. Música atronadora en el esqueleto para recordar a Santa Bárbara bendita, Patrona de los mineros tralaralara, laralan, ay, Maruxiña mira como vengo.

El intramuros no tiene camino, ahora se hace en taxi de cuatro euros por la ronda hasta las setas, parece tiempo pasado el de las caminatas de seguros pasos por lo adoquines de San Julián a San Marcos. 

La inestabilidad se junta con la pandemia en duro equilibrio y esto, junto con la soledad de unas ventas de juguetes, que si me faltan las ganas de escribir  no es por falta de ganas, pues hasta en la piel mi dermografismo me hace ver el rubor de mirar al pasado en este tiempo nuevo.

En las setas de nuevo aparecen los mismo elementos guardados para recordar una fiesta cristiana “la Venida”, cuatro guirnaldas y dos arbolitos de plástico colmatados de bombillas intermitentes que  ya no llama la atención a nadie, hasta eso ha cambiado con el nuevo tiempo, que nada cambia.

Los placeros perderán la oportunidad de recordar las efemérides de su existencia nada menos que DOSCIENTOS AÑOS donde lo fueron todo para esta ciudad, y que tuvo fuente, la más antigua que  existe de donde brotó aguardiente mistela, leche y miel, ahora en su decimo aniversario del fanal que fue sueño del doctor, ni es sinergia del sector, ni locomotora del comercio, ni emporio de riquezas, y este tiempo nuevo no deja ni tan siquiera ver el recuerdo del tiempo pasado.

La cirujana, ojos verdes, muestra su encantos bronceados en este desapacible día, tendido en la camilla hace exhaustivo reconocimiento, me dice que estoy estupendo……..para operarme. Que poco me conoce. Aparte del Tac y la resonancia, la espalda y la pierna izquierda, hasta la ingle. 

Agotaremos los plazos como la provisionalidad con la esperanza que no se nos pase como a las setas, que para la BATUCADA inaugural, con fuga el doctor, se equivoco de día y la ESPERANZA se había pasado, para abrir en domingo, no te digo.

El día ha sido aciago, se me ha estropeado la balanza, el reloj, y el infrarrojo para la columna, el teclado del ordenador y ni les cuento el caso de la babilla de ternera lechal, ni lo de las cabezas de cochino, preparadas  para un plato albanes.

 Mañana será un tiempo nuevo, tengo que ir a la farmacia con la receta del relajante muscular, me acostaré temprano. Entraremos en recuperación.  Lo mismo después de tres días. El sexto será el segundo cuando llegue al septuagésimo cuarto, así pasan los tiempos.

Sevilla a 4 de Diciembre de de 2020

Francisco Rodriguez

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