viernes, 28 de agosto de 2020

Cuarenta cuadernos


 Del 2007

Hace ya algunos años que me alojo como inquino en una casa de papel, que cuenta el tiempo por cuadernos y en los cuadernos el tiempo.

El pensamiento, la palabra, el arte, son aglutinantes de este grupo de personas, sencillamente especiales que se reúnen para hablar entre fumarolas que salen a bocanadas de la conversación, tanto por el tabaco (impuestos incluidos), que se quema entre los dedos de profundas caladas, para expelerlo volatizado, como blanca nube de castañero, en los aires de las noches serenas como un anti-contaminante que cierre los mas grandes agujeros negros, que por los humos en los que tantas veces queda la palabra cuando esta se desvanece inútil, como nimbo de utopías envolviendo los sueños de vates aliados para predecir, al menos, mejores futuros, y que se hacen llamar roldanes.

En esa atmósfera, de calle y taberna, no falta el verdadero elemento que le da sentido a estos encuentros de Martes, como los de un carnaval  hebdomadario, cual es el vino, mejor el buen vino, que vino, vio, y nos convenció, sin vencernos, que viene actuando de vinculo sacro para calentar las entrañas y fortalecer el espíritu, junto donde el limonero de huerto claro es blasonado por la cuna del amanecer y la clausura de las vírgenes, arrecogidas del Ramayana, deja escapar los cánticos de su mística.

El dispar grupo, que tiene integrado al novel, y al Nóbel, al erudito, y al lego, al noble, y al plebeyo, al escritor y al cartero, que tiene como soporte el pensamiento, la palabra, el arte, formando un pilar del trípode que forma junto a la tolerancia, y la libertad, gusta de divulgar estos principios en forma de cultura viva a través de pequeños libros que presentan en cualquier parte del mundo.

Es costumbre también que, al llegar el Adviento, mayoritariamente se junten estos inquilinos viajeros, en algún lugar de nuestra ciudad, para una libación colectiva invocando los buenos deseos, momento que es aprovechado para obsequiar a todos los residentes de este etéreo falansterio con un calendario, que por su singularidad es una joya de colección, para que entre otra cosas este les marque los días futuros.

A mí que tanta mella me hacen las premoniciones, el de este año no me las trajo buenas. Para cada hoja de su mes correspondiente, la reproducción de una obra de arte conjuga con el verso de los que participan en su elaboración. Cuando me llegó, leí de pasada algunos versos, admirando la calidad pictórica alcanzada, mientras rememoraba a tantos ausentes, Palomo, Rafael, Lolo, Abelardo.

Llego a Noviembre, y el horror corta de repente los mojados cristales que se llenaron de tanto recuerdo. Noviembre, mes de Santos, mes de difuntos, de jalogúeis, de San Andrés, bendito y dichoso a la vez, mes del vaticinio del Doctor Sánchez, mes marcado para que la pesadilla del sueño (las peligrosas phaloides de la Encarnación), llegado el día de Zacarías, con zeta, este tiene en agenda inaugurar, con pe, de perdón.

Pues en el almanaque que esta entidad de personas de bien pensar, colectivo al que pertenezco desde hace cuarenta cuadernos, no han tenido otra ocurrencia que, en el mes de Noviembre, aparezca sobre un precioso poema de Otoño, no lo creerán, ¡¡¡ Setas!!! , un cuadro lleno de setas, phaloides y muscarias en las distintas fases de su desarrollo llenas de veneno, y para rematarlo, lo firma un apellido alemán.  Nunca podía esperar, que me hicieran esto.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 4 de Enero de 2007

jueves, 20 de agosto de 2020

Vendedores y vencidos

(Septiembre de 2010)


El agua daña el 'David y Goliat' de Tiziano | Diario Público

El fragor

Nunca venció Goliat a David, y tampoco  en esta ocasión, lo que ocurre es que como es está tardando en caer, parece que por su resistencia esta vez hubiera vencido, pero crean que la historia dice que todo es cuestión de tiempo para que se derrumbe, como se derrumban los ídolos con pies de barro, cuerpo de bronce, y cabeza de oro.

Tiene ese punto bíblico esta Encarnación, a la que el fragor de oír las tantas veces  anunciadas inauguraciones, que la fanfarria tiene “ensordecido”, al personal  en todos los sentidos, en especial el común, al que la retórica le hace ser el mas  complicado de los sentidos, acaso por lo queescasea, cuando existen otros sentidos para el interés propio,  y al que suelen llamar general.

No puede tardar mucho lo de las maletas negras que, a modo de llaves, (ya ves, no fueron llaves), serán entregadas a los placeros, para que puedan acceder, posiblemente sin tener que utilizar para nada los elementos de seguridad exigibles en las entradas de todas las obras inacabadas, e ir adaptando el espacio asignado con los componentes que ad libitum, la actividad y la propia creatividad permita, y que por aquello de la “uniformidad” les sean autorizados.

Todo el ruido, y verdaderamente solo quedan 39 placeros, sin duda, esperando que aquello se inaugure, pero con el firme convencimiento de que es mucho mejor abrir metropol-parasol en su totalidad, y no tener incomprensiblemente que hacerlos por fases, por cuanto con esta propuesta, sin que el multidisciplinar espacio tenga toda la actividad que se le presupone, y sin alcanzar el rendimiento que aquello requiere necesariamente para atraer al publico, poquitas oportunidades son las que se les ofrecen.
En la disyuntiva del acierto, incierto pero probable, está en que, mientras el supuesto vencedor pone pies en polvorosa, huyendo de la quema, el vencido seguirá luciendo el confalón triunfante, aunque nunca se pueda saber por cuanto tiempo.
El tiempo siempre tendrá la ultima palabra, pero a la fecha, ya gustaría saber que nos deparará esta historia en su tramo final, pero, lo cierto es que ni se pueden saber los costos, ni la cuantía de la generosa subvención, ni la fecha inaugural según agenda de despedida y huida, y menos, cuando se acabaran de revestir las setas con las maderas y mas maderas, nunca se podrá conocer  ni la lista de responsables y sus responsabilidades bien comisionadas , y que decir de las obligatorias fotovoltaicas. O quien dice cumplir la ley, Por eso vienen las fugas, y de ahí las prisas.
Sevilla a14 de Septiembre de 2010
Francisco Rodríguez

miércoles, 19 de agosto de 2020


De 2005 

Declaraciones, si

Siempre esperando impacientemente esas buenas noticias, que no llegaban nunca, para salir de la rutina en la que se permanece inmerso y poder encontrar al fin la solución que le deparara el destino. Declaraciones.Como al coronel, la Encarnación, no tiene quien le escriba.
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Declaraciones, sí. Hablar por hablar. El verbo fácil y de patas cortas aparece de vez en cuando para contar historias del misterio. Declaraciones a los medios, siempre declaraciones, no les queda otra para permanecer en la pomada, de untar y untar.
Como a pesar de todo se mantiene la idea de lo de las setas, y que al parecer a nadie hace ascos al invento, se tendrá que soportar la decisión política de la premiada ocurrencia, a la que se le supone que tiene el respaldo de los que técnicamente saben de eso, y el sostén económico lo suficientemente sólido como para que pueda acabarse sin contratiempos. Lo que se dice un capricho.

Preocupa en demasia el silencio de los placeros, ¡pero, que podrian decir los pobrecitos!  
Apenas se lee, en las declaraciones, que en la cota del yacimiento de la Hispalis, lo aparecido será puesto en valor, y las piezas arqueológicas encontradas se custodiaran en un museo construido a tal fin, sin determinar su ubicación, dentro del solar.
Que el espacio en principio destinado a plaza de abastos se ha reducido para dar cabida a una zona de bares y tiendas. Pobrecitos los placeros. Ninguna referencia a la futura estación del Metro, y se soslaya, tal vez sin intención, el incierto futuro de las paradas de autobuses existentes. Que decir como se sube a una altura superior de seis metros, a la que llaman suaves rampas, para acceder a la azotea- botellodromo, que no deja de ser el paradigma de los inventos urbanos. Escalera de caracol.

Las desmochadas setas, que no se sabe si serán espárragos, tornados, o amanitas phalicas, junto con el hotel de los milagros, en la desafectación en alquiler, pago en espacies, no dejan de ser anécdotas en esta historia interminable de declaraciones, de mil comienzos inmediatos e inauguraciones, pero que no se escribe pues, como carta al usía, aunque se espere. A la Encarnacion de verdad no tiene quien la escriba. Ni fotovoltaicas. 
Francisco Rodríguez Estévez

-Sevilla 23-1-05

sábado, 15 de agosto de 2020

dEL 2003  hACE 17 AÑOS)
La santería y los números
( Esto es un regalo de mi viejo ordenador tiene fecha de 2003, cuando aun faltaba mas de diez años para inaugurar la Encarnación.)
La santería cubana encuentra en los números un valioso elemento sus santeros para hacer las predicciones, pues a cada uno le dan su interpretación y significado. Allí, en la isla caribeña, casi todos conocen ese lenguaje mágico y pseudo divino que les ofrece la numerología.
El ocho es un número especial, representa la resucitación de lo muerto, de lo perdido, pasiones y amores en especial, y de todo aquello de difícil solución. También es el numero ocho el que representa a la Virgen matrona, que es como dicen a su patrona, la de la Caridad del Cobre, tanto los agnósticos como los católicos de la Perla del Caribe, donde cohabitan santones, ateos fidelistas y católicos entre socialismo e imperialismo pasándose de matute los dólares de mano en mano como moneda.
Aquí las perlas no se encuentran entre dos valvas si no entre dos plazas, donde en la cohabitación los santones imponen sus manos, sanadoras de defenestrados, abiertas y cerradas, levantadas como voces y susurros de fideles adestes, cerrándose como ostra con perla y sin cambio a mano,!Todo un número!
El ocho define a Blancanieves y los siete enanitos del bosque. El ocho como los siete niños de Ecija. El ocho, como la madeja del escudo, más liada que la pata de un romano, como un candidato haciendo sus cábalas preelectorales. El ocho, como los tentáculos del “architeitus” tan buscado como deseado. El ocho era el número del Parador de la Encarnación que, muerto el mercado, acogió a los placeros que aún resisten en el laberinto de sus ocho calles provisionales, a cual solo pueden acudir aquellos intrépidos clientes que salvan todos los obstáculos que, tanto “Obras” de nunca acabar, como “Trafico” en caos continuado, se empeñan en ponerlo cada vez más difícil cuando no imposible.
Ocho será el número de los proyectos si es que se realizara con este, el Mercado de la Encarnación ¿Será este último, el octavo, el definitivo?
Si así fuese podría posibilitar su resucitación, como un Lázaro ascendente, para que en el 2006, que también suma ocho como las provincias andaluzas, podamos en su esplendor contemplarlo hecho una realidad. Todo viene a ser una coincidencia pero... ¿Y lo de la Virgen? No encuentro otra explicación más que sea la de la Encarnación, de cuya advocación tomó la plaza de abastos nombre por la esclavitud allí fundada, esclavitud que recientemente resurgió del olvido, gracias a la Hermandad de los Terceros, la de la “cena” con lo que con toda la seguridad la del Subterráneo le tendrá concedida la venia.
Como pueden comprobar, lo que importa, como dijo el Alcalde, es que salgan los números, así pues, todo dependerá del que haga el ocho, el próximo.
Sevilla a 14 de Marzo de 2003
Francisco de P Rodríguez Estévez

jueves, 13 de agosto de 2020


KEEP CALM LO MEJOR ESTA POR LLEGAR. Poster | JOSE RAMIREZZ | Keep ...
Por llegar

La fresca mañana me hacia acelerar los pasos para  llegar, y no hacer esperar por si venia lo mejor.
Ya se me hacia tarde.

Solo por llegar a tiempo había dejado lo mejor en la cama, tras un descanso nocturno que no fue reparador debido a los huevos. 
Una preocupación dando vueltas y que solo aparece cuando falta la confianza, y se experimenta cosas nuevas fuera de tiempo.
Todo el optimismo que genera saberse capaz se diluye en el primer fallido, y ni este  era cosa de huevos.

 El primero en la frente, el anciano aparece justo cuando llega la tostada con aceite y el café solo, la máscara cuelga, junto a la carne y los huevos, que se expone en lugar visible, no hay que hacer de esto una tragedia.

Este primer cliente, el de la suerte, el que marcará el día de mercader antiguo, me pregunta, cuando justo al primer sorbo baja el segundo bocado de frugal desayuno, nada menos...... (fijarse) que si tengo jarrete de verdad, no es tiempo de broma fácil de hacer,  pero el primero en la frente viene a romper la magia del positivismo y es como si despertara los huevos del varicoceles.
Le pido unos minutos, pues la carne cuelga  en el frío de los rastreles. Insiste que sea jarrete de verdad.
Me pregunto,  ¿Qué comprará este cliente para tener esta exacerbada y dubitativa exigencia?
Son las ocho de la mañana. Me pongo la mascara y Le solicito que espere, o que regrese en unos minutos, el tiempo de prepararlo. 
Huevos rojos o blancos, ¿cuáles son mejores? | Redmidia
Tarda en volver. Por cortesía, reservo el trozo de jarrete, jarrete de verdad, aunque ya tenía  certeza de que no volvería. Intuición de la experiencia. Dudo de que la actitud positiva pueda mantenerse. Seria un  priapismo a destiempo.
 En esto de los huevos la inexperiencia se hizo experiencia, diría que positiva, y el desconocimiento generado posiblemente no obtendrá beneficios, tampoco era el objetivo, es temprano demasiado temprano para realizar vaticinios, pero por el momento algo falla, no tengo wapsap, y el viejo móvil no tiene memoria, acaso sea obsolescencia. 

El tercer fallido llega con quien bajo la máscara no fui capaz de reconocer, ni le hubiera atendido, no sé si tenía interés en comprar las carrilladas o solo que le abriera el paquete. Medio kilo, y cuando le indico que sea en efectivo dado que el tpv, no tiene cobertura, el mal gesto esperado le aparece, este ya está marcado en negro. 
Ancient Roman sculpture, Farnese Hercules, 216 AD | História da ...La difícil mañana sin clientes y además tener que cobrar en efectivo, y tener la simpatía de, a más de uno demostrar mi confianza positiva, me lleva a una distracción que no debería de permitirme, salvo por aquello del objetivo que me trae hasta el laberinto. 
Consigo llamar a tpv, y el móvil un compañero que fue taxista antes que charcutero, que cae en verso pero es verdad, y le cambió la vida, ha logrado revivirlo, el técnico del TPV, coloca una nueva batería, ¡Funciona! todo va a cambiar.  El joven pescadero pregona la plata en la nieve. Acaso la mejor estar por llegar.
 Los huevos se han vendido, la verdad que eran algo caros pero fueron de calidad, gordos, frescos y blancos. 
Se hace el tiempo de no esperar que llegue lo mejor, y si viene que me coja en casa. Mañana tendré más huevos, y ciertamente no hay que hacer de eso una tragedia.

Sevilla a 13 de Agosto de 2020
Francisco Rodríguez

miércoles, 12 de agosto de 2020


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Actitud positiva

Es de agradecer que el joven compañero me anime en este tiempo que la senilidad hace ser cauto, e incluso parecer negativo, en estos momentos realmente trágicos en muchas partes del mundo, aunque no muy lejanos  se puede pronosticar que alcanzaran la gravedad desconocida.

Su optimismo revela la juventud, y su alegría el anuncio de su nueva paternidad. Es una noticia única el milagro de la vida, que es como una bendición que llena los estímulos de positivismo. La distancia de la senectud que por suerte se alcanza donde hoy se me demanda optimismo, tiene otra visión que por certera está falta del jovial positivismo.

Cierto es que la Covid ha cambiado el mundo pero en el que nos desenvolvemos ya venía en franca decadencia, y empeoró de forma general por cuanto cambiaron los hábitos de consumo, y la competencia, lejos de ser la atención, el servicio, el consejo, y la confianza todo quedó en manos de cadenas alimentarias de bajo precio y calidad acorde.

En la plaza municipal de abastos, al que la pandemia le dio de lleno, se advierte la indolente gestión, que tiene responsabilidad municipal, y el consistorio cambiante no ejerce las actitudes positiva para que aquello vuelva a ser un lugar de bullicio, de cultura, de encuentro, de conocimiento, de comercio, de conversación.

Cuando se tiene experiencias propias de tres “encarnaciones”,  que presintió nada bueno cuando hace sesenta años cuando apareció el primer llamado supermercado, y enarbolara ideas para un mejor futuro que los “pobresitos placeros”,que en concepto y luces, no tenían intención de asumir, era el sino de los tiempos. Yo a lo mio.

El positivismo del joven, alegre en la venta, atento, agradable, profesional de estirpe, le da valor a  todo el trabajo que realiza, es su tiempo, pero el colectivo disperso en su actitud, en ocasiones no encuentra el fruto de sus objetivos.
No son los resultados de hace 10 años, cuando además no teníamos pandemia, pero acaso la laxitud de unos y la irresponsabilidad de los responsables de la gestión de estas plaza municipal de la Encarnacion bajo setas, no lleva el camino de sus intenciones, así ya se hace difícil que vaya a ser emporio de riquezas, sinergia del comercio, locomotora del sector, referente de plaza de abastos, y que la sinuosa calle, que aun despide el chorro de aire caliente al entrar nunca llegara a ser como una prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York, que ya era visionario el mistico edil que ahora practica zen, ni el pestoso sistema de alcantarillado que se succiona casi semanalmente un enorme camion de bombeo, sea una permanente oferta de cascomia.

Se hace más que difícil cambiar el derrape en una chicane cuando no se ha trazado bien, y eso generalmente lleva a lo previsible, cuando menos al batacazo.
Se puede tener, solo  por contentar al jovial compañero de trabajo, la actitud positiva que le demanda, nada menos a una senectud que solo marcha en un grupeto, y la edad no permite sprintar, mas cuando por experiencias se conoce, de muchas carreras, que este trozo que viene es de un largo recorrido, sobre un peligroso paveses al 12% ,  y que bastante se hará con llegar al final de la etapa sin sufrir daños, y aunque no se logre el maillot, al menos bueno será no perder tiempo.

Sevilla a 12 de Agosto de 2020
Francisco Rodriguez

lunes, 10 de agosto de 2020


Las plazas de abastos plantan cara al coronavirus - Murciaplaza
Corto y cierro 

San Lorenzo tuvo una noche sin sueño, y ni en amanecer en el que al clarear aparecieron pequeñas gotas en los pasos que me conducían  al laberinto me hacían soñar.  Evidentemente era un error, cuando era una mañana para dormir, y tuve el desacierto de hacer con antelación compras innecesarias a la vista de las pírricas ventas, que me obligaban a recepcionar, y olvidarme de la cama que pasado el calor, este amanecer me demandaba disfrutar las retorcidas sabanas de tantas vueltas sin conciliación.

Al Ángelus, corto y cierro. Cuatro ocasiones, tres fallidos y ocho ochenta. No queda tiempo para seguir, será como un día de veraneo sin verano, un  día de descanso sin descanso, un día fallido. 
La noticia de que un mercado municipal tiene un operario con positivo en esto, es de lo más negativo dentro de lo positivo que puede ser cerrar unos días, cuando tantos puestos nos aparecen cerrados sin contagio y sin clientes.

En la anormalidad de la normalidad, acaso esperando una nueva normalidad, hay demasiadas circunstancias que ni explicándolas mil veces llegamos a entender. Nada mas pensar en la noticia de que se han realizado compras de material de combate a la Covid para cubrir las necesidades sanitarias para un mínimo de dos años, y por otro lado el constante aumento de casos positivos, cuando no existe vacuna de probado resultado, y solo se tiene que lavar las manos, usar mascarillas, y mantener la distancia de seguridad. Pues ni por esa.

Ni en la ida ni en la vuelta encontré personas caminando, la verdad es que otro años tampoco recuerdo un día de San Lorenzo con bullicio. San Lorenzo en la parrilla.
Recibo la mercancía que me hizo ir al trabajo, en total estamos cinco, y a nada un cliente marca la primera venta antes de la ocho, son ocho ochenta. Empezaba bien pero había que esperar para saber cómo acaba.

Cierto es que con el pasar de los minutos de las horas me parecía que poco era mucho, y empezamos la retirada que lo no se tenía que haber iniciado, y apareció el primer fallido la clienta se interesaba por un trocito de tocino de panceta fresca ibérica, agregando que fuera de bellota,  pero no le pareció de su gusto la que le ofrecí cortando una tira de una hoja, le parecía poco fresca, advirtiéndole que estaba a cero grado, por lo que le indique que esperara a la montanera de su pueblo para que empezara la matanza y la textura brillante y grasa fundiera la panceta, tal como dice que le gusta.
Cercana las doce, dos varones, posiblemente amigos, y embozado el mayor que con cierta autoridad pregunta por el entrecot. hay dos piezas una entera envasada al vacio, la otra colocada encima, es media pieza, le pregunta  al enmascarado que cual le gusta y este mueve los hombros con indiferencia.
Decide pedir-“dos filetitos finitos del de abajo” le indico que está en corte el de arriba, mas me insiste que quiere del de abajo dos filetes finitos, porque le gusta más la punta. Estuve por mandarle a “Etxeko” de Martin Berasategui, pero preferí obviarle y lamentar no poderle atender. Me dio la impresión que estos comen hoy una latita. Son las doce, no es para seguir corto y cierro.
Mi amigo Lorenzo de nuevo se escapa sin convidar, pero ya no es tiempo de espera.
 Mañana el publico que llegue ya de por si escaso, temeroso, y tarde, comentaran lo de la Covid en la plaza municipal de abastos.

Sevilla a 10 de Agosto de 2020-
Francisco Rodríguez

sábado, 8 de agosto de 2020


Almacenaje y Expedición de Carne y Productos Cárnicos (40 horas ...

Lo que me faltaba

De siempre fui de mucho sueño, ocho horas me resultaban insuficientes, pero a nada que me hice mayor mi reloj biológico puso la alarma en hora intempestiva, más propia de crápulas, cuando no tengo ni ardua tarea, ni que acudir para iniciar la jornada de trabajo en lonja y almacenes. Son las cinco.
Lo peor es que ni respeta los domingos ni festivos, ni tan siquiera esos que con el antifaz se nos viene retardando el comienzo de la actividad casi a la hora de cierre. Al menos el calor de la noche no me produce un insomnio que no pueda ser vencido y entre melisa y marialuisa acabo en la desnudez sobe la sabana camera con la ayuda de ·noctamid y la amapola de California.
En la profundidad de la oscura noche la brisa entra por el balcón y compruebo que entre sorbos de manzanilla con anís, que los números de la once me resultaban distintos. Los pensamientos me llevan, siendo imposible volver al sueño, a pasear por las solitarias calles tal que fueran las cinco de la tarde. Casi produce miedo ver una ciudad confinada.
Hago planes para preparar una estrategia de venta, dando por seguro que no se producirá, e imagino todo lo puedo hacer, lo cual me lleva a preparar mas artículos por si se diera el caso. ¿Pero cómo se me puede ocurrir tal cosa? En esta pandemia, madre de todas las espongiformes, crisis de las crisis, guerra del golfo, ora pro nobis, lehman brothres, adiós a las pesetas, qui toli pecatta mundi, 43 grados a la sombra y distancia social, quien piensa en acabar un mostrador de Navidad de las de antes. Cosas de riego.
El calor derrite los sesos, funde las ideas y el de  la noche confunde. Nada,  a las seis y treinta aun todo es negro,, el expositor en marcha para bajar la temperatura, las bandejas listas y las mercancías salen de la refrigeración para ser colocada en disposición atrayente.
A la derecha cerdo ibérico, lomos, solomillos, presa, chuletas, carrilladas y burger especiales. En la parte central se colmata de chuletas de lechal, hígado de ternera, rabos de añojo, entrecot de retinto, solomillo de añojo, cadera, babilla, puntas de tapilla,a la derecha, chuletas de cerdo, cabeceros, cinta y solomillos, costillas, panceta, manitas y orejas de cerdo blanco. Completa lenguas de ternera, patas de ternera, entrañas, vacios de res, y los siempre presentes avíos de cocido con chorizos y morcilla ibéricas, se  remata con tacos, taquitos y lonchitas de jamón de cebo, Salchichas frescas, quedando en la refrigeración, redondillos de ternera, pez, aletas para rellenar.

Era un gran mostrador para acaso el peor día, a las once, habían transcurrido cuatro horas y un nuevo café con tostada por aquello de si quieres vender, ponte a comer.

 Nada. No son horas pero el público no llega y lo mismo es mejor ir retirando algo del espectacular mostrador de ideas equivocadas.
Poco a poco las piezas duplicadas son guardadas, será suficiente con la mitad del genero. Son las doce, la decisión está tomada hay que tocar retirada.
 Solomillo de ternera, carret, de lechal y entrecot de retinto cuelgan en los ganchos de la cámara frigorífica. Se inicia una débil venta de poco montante y pelin caprichosa. La una urge guardar la cadera y uno de los lomos ibéricos, otra tanda de público, compran chucherías, se terminan las orejas, lomo de cerdo y solomillos de cerdo, los solomillos ibéricos van saliendo y los trozos de ternera para picar o guisar, la cadera intacta, las picaña, se guardan, el desorden hace ver una venta que no sucedió, se aprovecha para ir limpiando las bandejas, se acaban las presas ibérica.
 Una y treinta, desmonto la máquina de picar y mi cliente  Lorenzo quiere un cuarto se la pico a mano es para una carbonara. Casi listo para dar por finalizado el mal dia de venta acaso el peor de este tiempo de la peor de las vacas locas y me aparece la señora de negro máscara negra con banderita roja y gualda para decirme que mi mascara no me cubre la nariz. ¡Lo que me faltaba!
No le contesto, me parece una persona mayor, y me lo indico con cierta educación, pero vino a decírmelo justo a mí.
Así nació el cubrebocas La gestión de venta me lleva a preguntar si quería algo una vez que cubría las fosas nasales. Una compra que apenas generará un beneficio de 45 céntimos, y soporté la discreta acusación de que cabía la posibilidad que mi nariz parcialmente cubierta hubiera contaminado el producto que adquiría, por lo que no me quedó otra que arrojarlos a la basura para evitarle su compra.
No obstante la señora aceptó llevarse el “contaminado producto” para lo cual tuve que soportar toda su experiencia como afectada y  ya curada, por lo entendía que estaba libre de contagio.
No me quedaba más que cerrar y salir corriendo de un mal dia.
Sevilla a 8 de Agosto de 2020
Francisco Rodriguez

viernes, 7 de agosto de 2020


 14 mejores imágenes de Tema : Viñetas y Tiras dibujadas | Vinetas ...

Normalidad

Se hace difícil llegar a la normalidad donde todo resulta fuera de ella.
 Ya, cuando en la provisionalidad se empezó a alcanzar la rutina de cada día como si la situación perduraba en un tiempo interminable ,y en la anormalidad todo parecía, nada menos  que todo fuera normal.

Siendo  aquello por años que pasaban,  un tiempo de esperanza, aquel que bajo las chapas hacía pensar que algún día habría una vuelta a la normalidad, y que se poco a poco se hizo normal con el tiempo.
 El olvido de las razones iníciales, por las que ya no fueron tres años los previstos, y se pasaron siete lustros anormales en la normalidad mas incoherente, en los que la automutilación llevó al canibalismo de los propios en un criterio de supervivencia a más puro estilo Mariano de cuanto peor, mejor para todos, y cuanto peor para todos mejor  para mi, el suyo beneficio, que distaba mucho de que fuera el mayor interés para los enjaulados vendedores. Los siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir. Lo mismo se dijo de la torre. Siempre palabras.
¿Pero cómo salir de aquella mascarada de la provisionalidad?  Los “pobresitos placeros” estaban muy ocupados dentro de la normalidad en alcanzar la proporción reductora del equilibrio que les llevaría a la normalidad, según palabras del alcalde que solo era medico y soñaba patochadas, y regalaba promesas.
¿Que sería el equilibrio que había perdido los vendedores de la plaza de la Encarnacion?, Un equilibrio, de toda la vida antes de que esta fuera expropiada para que fuera recinto municipal, por lo que todo estaba en el alambre del cambiante consistorio que por treinta años estaba sin zorra idea de cómo poner normalidad en la anormalidad tardo-franquista de provisionalidades eterna. ¡Estos irresponsables!
La pandemia, detonante y espejo de la crisis de salud pública ...La vanguardia y los palmeros, hicieron creer que la normalidad es la anormalidad y que la estación del metro en Metropol prácticamente es una realidad, que los aparcamientos perimetral solucionaran el trafico que el automóvil, como símbolo de los tiempos, creara bajo la alargada sombra de las setas no solo la locomotora del comercio, la sinergia del sector y el emporio de riquezas en una zona calificada de saturada de bares y ruidos. Las cosas cambian cuando llega la normalidad. La plaza de abastos, no es la plaza.
En el fanal de lo de la Encarnacion, plaza municipal de abastos, la normalidad ahora lleva el tiempo pausado como de una provisionalidad de siete lustros, como el tiempo pasado no hay prisas, y aunque ya se inició el periodo antropófago de fagocitarse, la normalidad evidentemente será algo anormal que acaso no se lleve siete lustros, pero cabe la posibilidad de que la plaza municipal no llegue a la normalidad que como tal se pensaba en la provisionalidad eterna que se llegaría a alcanzar.
Hace temer que bajo setas no se alcance ninguna de las medidas anunciadas para recobrar la nueva normalidad, mucho menos que les llegue a los vendedores de la plaza municipal de abastos algo de los miles de millones que se anuncian, lo mismo lo normal sea que los placeros pasen tantos años como en la provisionalidad todo un tiempo para que lo normal sea la propia anormalidad. Nadie piensa que sea fácil permanecer en la anormalidad, pero puede ocurrir que todo parezca normal, y el embozo  a modo de hikab sanitario oculte la mueca, la sonrisa del visaje, como elemento fundamental de un dialogo. Lo normal será callarse.
Sevilla a 7 de Agosto de 2020
Francisco Rodriguez f