Por llegar
La fresca mañana me hacia acelerar los pasos para llegar, y no hacer esperar por si venia lo mejor.
Ya se me hacia tarde.
Ya se me hacia tarde.
Solo por llegar a tiempo había dejado lo mejor en la cama, tras un descanso nocturno que no fue reparador debido a los huevos.
Una preocupación dando vueltas y que solo aparece cuando
falta la confianza, y se experimenta cosas nuevas fuera de tiempo.
Todo el optimismo que genera saberse capaz se diluye en el primer
fallido, y ni este era cosa de huevos.
El primero en la frente, el anciano aparece justo
cuando llega la tostada con aceite y el café solo, la máscara cuelga, junto a
la carne y los huevos, que se expone en lugar visible, no hay que hacer de esto
una tragedia.
Este primer cliente, el de la suerte, el que marcará el día
de mercader antiguo, me pregunta, cuando justo al primer sorbo baja el segundo
bocado de frugal desayuno, nada menos...... (fijarse) que si tengo jarrete de verdad, no es
tiempo de broma fácil de hacer, pero el
primero en la frente viene a romper la magia del positivismo y es como si
despertara los huevos del varicoceles.
Le pido unos minutos, pues la carne cuelga en el frío de los
rastreles. Insiste que sea jarrete de verdad.
Me pregunto, ¿Qué comprará este cliente para tener esta exacerbada y dubitativa exigencia?
Son las ocho de la mañana. Me pongo la mascara y Le
solicito que espere, o que regrese en unos minutos, el tiempo de prepararlo.
Tarda en volver. Por cortesía, reservo el trozo
de jarrete, jarrete de verdad, aunque ya tenía certeza de que no volvería. Intuición de la
experiencia. Dudo de que la actitud positiva pueda mantenerse. Seria un priapismo a destiempo.
En esto de
los huevos la inexperiencia se hizo experiencia, diría que positiva, y el
desconocimiento generado posiblemente no obtendrá beneficios, tampoco era el objetivo,
es temprano demasiado temprano para realizar vaticinios, pero por el momento algo
falla, no tengo wapsap, y el viejo móvil no tiene memoria, acaso sea
obsolescencia.
El tercer fallido llega con quien bajo la máscara no fui capaz
de reconocer, ni le hubiera atendido, no sé si tenía interés en comprar las
carrilladas o solo que le abriera el paquete. Medio kilo, y cuando le indico
que sea en efectivo dado que el tpv, no tiene cobertura, el mal gesto esperado
le aparece, este ya está marcado en negro.
Consigo llamar a tpv, y el móvil un
compañero que fue taxista antes que charcutero, que cae en verso pero es verdad, y le cambió la vida, ha logrado revivirlo, el técnico del TPV, coloca una nueva batería, ¡Funciona! todo
va a cambiar. El joven pescadero pregona la plata en la nieve. Acaso la mejor estar por llegar.
Los huevos se han vendido, la verdad que eran algo caros pero fueron de calidad, gordos, frescos y blancos.
Se hace el tiempo de no esperar que llegue lo
mejor, y si viene que me coja en casa. Mañana tendré más huevos, y ciertamente
no hay que hacer de eso una tragedia.
Sevilla a 13 de Agosto de 2020
Francisco Rodríguez
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