Ya sin calor estival a aquello se le ve un cierto movimiento
en estos últimos fines de semana ya que se cuenta por mayor numero aquellos que
intentan encontrar la puerta inexistente
en lo de la Encarnación. El caso es que repleta de bares, especialmente los sábados,
como el día de hoy, los buscadores de la puerta, llegan hasta la barreduela pensando
en el lugar que la lógica hacia prever se encontrara la entrada a esta laberíntica
plaza municipal de abastos, que después de mas de cuatro años ha sido recientemente rotulada, y como cabe suponer la
curiosidad parecía que incrementaba el número de personas que tras infructuosos
intento advertía que allí no colocaron ninguna puerta.
Por casi cinco años y con conocimiento tanto por parte de la
responsabilidad como de la irresponsabilidad, que parece hasta mentira que lo de la
Encarnación no tenga una puerta automática que pueda abrirse sin tener que
empujar las pesadas hojas por personas mayores, o con discapacidad.
Ni que decir tiene que después de cien días el nuevo alcalde
ha tenido el interés en su colocación tal como prometió cuando estaba en la oposición,
u ha enviado a un colaborador de su confianza, al menos eso dijo, lo que sucede
que el anterior alcalde, además de personalmente se hizo acompañar de su
Delegado. De hecho hasta confirmó su colocación de inmediato, igual que afirmó
el responsable de la adjudicataria concesionaria, y ya veis.
Buscando la puerta, como quien pasa por primera vez por la
calle desértica del laberinto, en el desconcierto por no localizarla me hacia
intuir que se volvería sobre sus pasos, no sería la primera persona. El caso es
que siendo Diputado en Cortes y se diría que nieto de la Encarnación pues en
otro tiempo, cuando no era municipal, su
abuelo era vendedor en esta plaza de abastos, no tuve más remedio que
explicarle algunas de la deficiencias de este espacio municipal, y que por cierto no hay
modo de que inicien el llevar a cabo las mejoras que se hacen evidente, tal
como es la puerta automática.
Convendría recordar que el propio Presidente del Gobierno Martínez Barrios, como diría el anterior Delegado, era hijo de la Encarnación como él se definió, pues su padre tuvieron actividad en esta.
Este Diputado, nieto de la Encarnación, como también lo fue, el Concejal García, además de hijo de placero. También quien fue Ministro del Trabajo estuvo un tiempo como asesor de los placeros, y también la familia del inefable Luismi, fue proveedor de vendedores. Pues con todo, y todos cuantos en los últimos cinco años debieron de aplicar el sentido común para la colocación de una puerta, hace pensar que una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen. El Diputado lleva razones para todos. Y el “zapatero”, para Espadas.
Sevilla a 13 de Septiembre de 2015
Francisco Rodríguez Estévez
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