
Un paseo al atardecer
Cada tarde me asomo, dando un paseo, alrededor del solar de la Encarnación. Una
vez más ha vuelto a aparecer este caos
circulatorio que le organizan cuando, cada año, se monta el Belem.
Que explicación dirán que tienen estos extraños y
caprichosos cortes navideños, aparte del “regalo” de la inesperada multa y la
llamada a la grúa.
Ignoro si en alguna ocasión se preguntaran la ineficacia de
este insufrible plan anual, y por consiguiente, las consecuencias del enorme
colapso que siempre causa, esta ocurrencia
experimental, en la ronda histórica, y todo, para prohibir la
penetración, de los vehículos, naturalmente al centro menos comercial del
mundo.¡ Menudo invento!
Si continúan creando obstáculos, deberían de hacerlo con algún
sentido, a no ser que este sea, lo que parece.
Contemplando la desolación del enorme fangal en lo que está
convertido aquello, se puede escuchar
los comentarios que hace la ciudadanía acerca de la gestión municipal en
este penoso asunto de ruina y trafico, tráfico y comercio, ruina y mercado,
comercio y ruina, mercado y comercio, ruina del comercio y mercado en ruina, y
ruinas en el solar del mercado.
Los oirán de todos
los colores. Son valoraciones espontáneas viendo el panorama, y no están faltas
de razón, generalmente destinadas a la vergüenza que supone tener “eso” en
pleno centro, y la falta de esta en los que deberían, desde hace muchos años,
haber encontrado una solución. Algo que se supone demasiado.
Así pues, rojos, azules e incoloros, inodoros, e insípidos,
no hay por donde cogerlos. En el interior del solar, la lenta y penosa jornada
de operarios e historiadores acaba al atardecer, con su marcha, aparece un hermoso y lustroso gato de
brillante pelo negro, que anda a sus anchas, sin nada que se lo impida por las
ruinas de Hispalis.
Siempre aparecen los gatos en las memorias del Imperio, les
gusta tanto como los mercados. Por su porte le he puesto de nombre Emblemático.
Es sumamente inteligente, no atiende mas llamada que la de una señora que cada
noche le acerca agua y comida. En la
Luna de Enero, con toda seguridad aparecerá, al reclamo de
sus maullidos, llamada de amor, una tricolor, a la que he pensado llamarla
Cripta.
Dicen que para
Agosto, aunque sea mes de vacaciones, si
todo marcha según lo previsto, comenzará la primera fase, esta vez sin cortes,
como el trafico y sin primera piedra,
aunque lo merezca, de esta nueva versión que no es lo mismo, de mercado y
museo, Emblemático y Cripta, como los gatos, y entonces, alguien tendrá que
llamar a las dependencias municipales, para retirarles de allí como a coches. Pero
no creo que suceda estas previsiones de “urnas”, la Encarnación merece
algo mas serio.
Sevilla a 22 de Diciembre de 2003
Francisco Rodríguez Estévez
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