La conferencia
En esta, por el nombre de su conferenciante. De fácil verbo,
simpático e irónico, dominando el estrado se le veía cómodo en su parlamento,
totalmente dicho de memoria, lleno de comentarios ilustrativos, que su saber atesoró a lo largo
de los años. Mas que una conferencia era un comentario en voz alta, una opinión
casi sin reservas. Era la primera vez
que le escuchaba, y no le conocía en persona.
Aguardaba a un profesor severo y serio por los juicios de
valor que me había hecho de su persona. Ni lo uno ni lo otro. El tiempo también
pasó para el que ahora goza la edad de no callar nada y decir lo que le
apetece, no me defraudó, me agradó ver una madurez jovial, que recordaba por
momentos la ironía de Groucho.
Las verdades como puños los mezclaban con algún dato
incorrecto, dándole dinamismo a una hora larga, que se me pasó volando .Cada
asistente pudo sacar sus propias conclusiones, las mías se limitan a que afortunadamente, la Encarnación ya no está
sola.
De sus palabras comparto que, si lo edificado resulta un
bodrio, al menos una arboleda podría
salvarlo. De su broma, que no error, me
permito recordar que el solar está vendido, pues lo adquirió la Administración por
expediente de expropiación con el fin de realizar, ex novo, un mercado para
alojar a sus placeros, pero que ahora esta, ha permitido a la Delegación de Obras
hipotecarlo por cincuenta años.
Una ultima puntualización, en el extrarradio, eden de
hipercoles y carefules, no me parece que
sea el mejor lugar para edificar un mercado municipal de abastos, y menos el de
la Encarnación.
Sevilla a 21 de Febrero de 2003
Francisco Rodríguez Estévez
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