lunes, 3 de febrero de 2014

lunes, 3 de febrero de 2014




 

 
El panorama

Aspecto del conjunto de una cuestión, es lo que dice el diccionario, también paisaje amplio. Pero me refería al que se puede observar por degradante  el que a diario aparece ante cualquiera, aunque no a todos. El panorama desolador de calles vacías de una ciudad que vuelve a estar stan by, hasta los tambores. El negro panorama que se cierne en el futuro inmediato, sin salir del túnel, de muchas familias, de muchos empleados, de demasiados autónomos, de grandes, medianas y pequeñas empresas. Black is Black.

Es cruel el negro panorama de la marginalidad, y los miserables que ocasionan las miserias de otras familias, ya sea en la calle  o el  trullo. Negro sobre negro.

Que decir del extraño panorama en la aplicación de las sentencias inapelables, y la disparidad de su cumplimiento. Piensen en lo cercano, no se vayan tan lejos, ni tan alto, basta leer la que pesa sobre lo de la Encarnación, y como pasan los días, sin puerta para la esperanza, y las personas de movilidad reducida se las ven, y se las desean para acceder a la plaza municipal de abastos. ¡Blanco!

Penoso el panorama de un ámbito laberíntico, donde se niega el bullicio, donde en el que la mitad de sus establecimientos permanecen cerrados, para hacer que el panorama que se ofrece sea aun más devastador, casi de ruinas, por el silencio imperante.


No se les presenta claro el panorama a los placeros en cuanto conozcan la sentencia que cae sobre sus maltrechas espaldas, ahora descansadas por la ausencia de ventas. No lo saben, pero lo intuyen. El panorama fusco, no es para esperar a que den  las claritas enfadados, mas se ofrece para decir algo. ¿Buscar la puerta, como quien busca responsables? Acaso un crédito.

 

Los indicios mas razonables establecen que sobre cinco mensualidades del inexplicado mantenimiento, es por lo que les puede salir a cada uno de los silentes el mal asesoramiento, peor decisión, y una pésima defensa, ya que de la entrada no se dice nada, pues no es como una puerta, pues de lo que se trata es de llegar a restablecer el desajuste que ocasionaron los que se llevaron algo mas que veinte años, en el asunto, por lo que viendo el panorama “aspectos del conjunto de una cuestión”, se antoja que en este caso tampoco se encontraran a las responsabilidades, una vez que dieron con la puerta de salida a la calle. Ahora bar de copas.

Como pueden comprobar la historia no se repite, pues es la misma historia de siempre. Camilo Sexto dixi, cantando.

Por suerte aun mantienen la llamada subvención que pudo abaratar los costos llamados de mantenimiento, excesivos costos, donde poder mantener la debilidad de los materiales encarece una misión que se hace imposible. Ni que decir tiene que para salir de este "bosque de cristal" acaso lo mejor sea esperar en "los sentaderos del cura" a tener que estar de pie, puesto que entrando la gente lo mismo nos sirve la puerta de entrada que de salida, y en cuanto el panorama no hay color. Da a la calle.

Sevilla a 3 de Febrero de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

 

 
 

 

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