viernes, 7 de febrero de 2014


Imposiblemente cierta

 No quisiera por nada romper el vinculo que, reiniciado en esta  nueva Encarnación, me permite dialogar con una de las pocas personas que puede mantenerse conversación dentro de este fanal al que llaman plaza municipal de abastos. El pasado ha quedado zanjado.

Tal como hemos dicho ambas partes chirin chiran, es decir aquello está terminado, dando así por terminado este enojoso asunto, ciertamente imposible, e imposiblemente cierto,  y he dado mi palabra, y algo mas, de que creo todo lo que me dice.
 Al igual que he empeñado, tanto o mas, las que son mis palabras en  todo esto que me coge nuevo y que después de tanto tiempo ignorándolo hace que (por cuanto me resulta ajeno), quede totalmente abstraído de ello.
Por tal motivo, no quiero sustraerme a su olvido,  y me parece bien que quede algo escrito de este absurdo y pueril sucedido por mas que seguro tiene, y tuvo, su importancia,  por lo que me resulta procedente  escribir esta historia imposiblemente cierta,  ya que tiene los mismos protagonistas pero en dos situaciones totalmente distintas, y de poco puede servir para nada mas que para "enrear" que pueda convencer uno a otro, y otro a nadie, cuando entre ambas historias hay un cisma.
Creer a la persona, creerle en que cuenta verdad,  y no poderlo hacer con lo sucedido, con lo vivido, se hace difícil, pero chirrin, chirran.
Siempre me preguntaba el por que de ciertas distancias entre algunas personas con las que diariamente se compartía espacio de trabajo, donde realmente todos somos mas que conocidos después de tantos años, en algunos casos, compañeros de profesión, en otra amigos, y en ocasiones familia.
 Cierto es, que al cabo de tantos años también surgen las diferencias, profesionales, personales e incluso familiares, que acaban poniendo tierra por medio, lo cual no es malo si al menos sirve para no empeorar la cosa.

En este caso desconocía que tuviera motivos o no, pero desde siempre, en la provisionalidad, era evidente de que  no con todos se mantiene la misma relación, en esta que nos ocupa, no había enemistad tampoco, pero acaso si fuera una relación escasa, tal vez por aquello de lo generacional, o por la diferencia de ámbito gremial, o cualquier otro motivo, que en nada quitaba que hubiéramos podido tener un cortes saludo, pero ni eso, cada uno por su lado, y la verdad es que no creo que esto fuera algo que tuviera la mayor importancia, salvo la que se le quisiera dar, pero siempre me preguntaba que le pasaría a este "joven" cuando en ocasiones advertía, en mi parecer, que optaba la caprichosa actitud de que me evitaba.

Hoy, que mece nietos, hemos descubierto al unísono unas razones posibles de la discordancia, pero a las que me siento ajeno, pues a pesar de mi buena memoria, no puedo recordar ninguna de las referencias que me facilita para que pueda hacer memoria del incidente si es que lo hubo, por un lado  al ser algo casi ridículo, una nimiedad ( visto en la distancia de los años) como la causa del consiguiente desapego que durante tanto tiempo se ha venido sucediendo.

Me cuenta, que un día indeterminado, que tuvo que ser entre el mes de Marzo de 1983 y Febrero de 1990, periodo en el que ocupo las funciones de Secretario de nuestra cooperativa, pues resulta que nada mas y nada menos, que recibió junto con otros dos "jóvenes pujantes del sector del pescado", (ninguno de los tres, socios de la Cooperativa) sendas cartas entregadas en mano, por uno de los empleados, ratifica que fue Diego, por las que se les citaba en las oficinas, ( todo hace pensar que para alguna aclaración puntual, o algo muy especial, o tal vez sobre algún hecho sucedido, y su posible, y necesario testimonio o la posible implicación). No recuerda quien firmaba las cartas. Pero me inclino a pensar  que dedujo la procedencia de forma equivocada.

De hecho estas tres personas citadas, según me informa, acudieron al domicilio social, (haciéndoles perder la siesta) para cumplimentar la presencia requerida para el acto de lo que ignoraban, y por tal causa se procediera. Cosa que tuvo lugar en la sala de Juntas, estando presente los miembros del consejo rector que lo componían, y evidentemente debería de encontrarme entre ellos..

De ello se desprende, tal como me dice, que todo se debía a una actuación de juventud, y por consiguiente según Manuel A. Tereñez Jiménez, que el entonces Sr. Presidente Manuel García resaltó al finalizar "todo lo que se dijo", y ante los miembros presentes del consejo, algo que pudiera ser entendido tal como una reprobación publica a la ligera conducta del Sr. Secretario, haciéndole ver (delante de los jóvenes) una supuesta torpeza de este secretario, subrayando “que para esto no hace falta mandar cartitas”, lo que revela que esta actuación fuera una acción ligera y caprichosa del secretario que, sin ningún motivo ni razones, se atribuye, por su cuenta y riesgo, la gratificante función de llamar a tres personas que no han podido dormir la siesta, y que no son socios, para llevarlas en presencia del Consejo Rector en pleno (que tampoco había dormido la siesta) “CUANDO HAY OTRAS COSAS MAS IMPORTANTES”

A tenor de las palabras del Presidente, hace que puedan hacer valer su enfado en los citados, y es cuando, al parecer, mi ahora compañero Tereñez, me dice que tuvo a bien dirigirme "unas palabritas", con mas contundencia que intención, a las que el Sr. Presidente sorprende que no le hiciera objeción alguna, por cuanto permitió impertérrito a una persona, que no es socio, increpar al Secretario de la Cooperativa. (Este episodio de haber sucedido tuvo que ser tan fútil que ni siquiera  mi buena memoria lo tiene recogido, por el contrario puedo encontrar en el analisis que, de haber ocurrido, llegaría a tener otra explicación  que desarrollaremos mas adelante)

 Nada tiene que ver este asunto con el incidente de Lorenzo, que tampoco era socio, en este caso era un arrendado de la Cooperativa.
 El caso es que lo de la carta que al parecer “todo el mundo” sabia, al dia de hoy, de febrero de 2014, se me hace imposible, por el solo hecho de que nunca envié una carta a estas tres personas, mas difícil a través del personal, y sin acuse de recibo, cosa preceptiva en la cooperativa, donde se guardaban copias de toda la correspondencia,  y menos para una situación en la que el Consejo Rector, fuera del orden del día tuviera decisión al respecto, (cosa que desconozco cual fue el acuerdo que se tomó), y que debería de estar reflejado en el acta de aquella reunión, con el nombre al margen de los asistentes y la firma del secretario.

Una vez separada la incidencia de Lorenzo, otro suceso del antaño,  de lo de "las cartitas", chirrin chirran, encontramos dispares elementos que hace que chirríen los goznes de la puerta . Chirrin, chirran..
Los socios de la Cooperativa durante esa fecha corresponden al puesto 82,  Dolores Fernandez Pereira, puesto 83, Jose Tereñes Romero, puesto 84, Antonia Alfonso Gallego, por lo que cabe pensar que estas cartitas, no pudo ser enviada desde la Secretaria a estos jóvenes sin siesta..
Menos, que ausente los titulares, el asunto fuera tratado en un Consejo Rector. Cosa que me choca, cuando no hay concordancia entre ellas. Tantos cargos presentes, para atender a tres muchachos, que no son socios, por un incidente del que no existe conocimiento previo, ni queja que motivara esta actuación desproporcionada.
Durante mis siete años como secretario hubieron tres consejos. A los dos años, es decir en el 1985, el Sr. García, es nombrado concejal municipal  y delega la función en  Joaquin Vazquez Velazquez. Fallece el Sr, Hernandez , persona que llevaba la administracion de las oficinas.
También fallece el Tesorero Fernando Vargas,  lo sustituye Antonio Duran como vocal de mayor edad.
En 1986 año de elecciones, cambian los Estatutos Sociales de la Cooperativa, el Sr. Presinte electo que es Concejal del Ayuntamiento de Sevilla rara vez, y solo en casos puntuales, preside un acto del consejo de  la Cooperativa, en 1987 y sucesivos años.
Se admite como personal auxilar a Jose Gonzalez, por lo que todas las cartas en ese periodo se envían a través de el, y solo en dos ocasiones y de forma general a todos los socios. especialmente por impagos.
 El Sr. Garcia se mantiene en contacto con la Cooperativa, a traves del Sr. Fuentes, agregado como enlace con gratificación. La citación de los jóvenes debió de ocurrir en un tiempo entre 1986, por cuanto están presente los nuevos vocales, y 1987, que tenemos nuevo oficinista, o en fechas posteriores, en las que el envió se hiciera, evidentemente, fuera de la secretaria.

En la directiva del año 1986 se incorporan como vocales de la seccion de la Encarnacion de a cuerdo con los nuevos Estatutos los vocales  Manuel Mejias  y Alcantarilla Acevedo, mantiene la presidencia en funciones D. Joaquin Vazquez Velazquez.

En pocas ocasiones el Sr. Garcia preside las reuniones de Consejo Rector, al que otras ocupaciones politicas les restan tiempo, aun entando inmersos en la construcción del Mercado de Pino Montano. Se rescinde el servicio jurídico de Yañez Polo. Asesor presente en todos los actos.
Se me hace difícil tan solo pensar en la situación de convocar una reunión ex-profeso, solo para llamarle  la atencion a unos muchachos que al parecer se divierten con sus bromas, mas o menos pesadas fuera de las horas de venta, aun siendo familiares directos de los socios, sin que no hubiera anteriormente una reclamación por escrito de un socio informando de lo que le afecta y lo que acontece.

En muy pocas ocasiones escribí cartas a los socios, las pocas fueron de información general, para evitar tener ninguna señal que pudiera parecer personal, de hecho siempre fueron a todo el colectivo aun cuando solo afectara a pocos socios.
 Por recordar, una inspección de consumo por como se utilizaban las cámaras, en otra por las deficiencias y falta de limpieza en los puestos, otra para modificar el cuarto de contadores al objeto de obtener ingresos atípicos,(algo complicado) y tuve respuestas verbales realmente repugnantes, y otra sobre el evitamiento de verter en las rejillas otra cosa que no fuera agua pues teníamos dos multas del servicio por reiterados atascos, uno de ellos impresionante que coincidió con la mañana de Navidad de 1986.

No me costa en la memoria tales cartitas, y menos aun, que por estas sintiera, en las palabras que no recuerdo, alguna ofensa, pues todo me sigue siendo ajeno.
 Mas me inclino a que tal vez algun que otro de los que visitaba al Sr. Garcia, antes de ir al Ayuntamiento, por reiteración y recalentamiento decidiera de motu poprio aprovechando la anexion del Sr. Fuentes que conocia los nombres a los que sin ser socios iba dirigido (y que estos nombres aun al día de hoy me son desconocidos,) y enviar una citación a los mismos para tratar el asunto  fuera del orden del dia del Consejo Rector, posiblemente para “hacer un alarde” presidencial,  pues no me queda otra.

En cuanto que aquello lo supiera tanto el vendedor de aceitunas, como la vendedora de chivos, o de esparragos de freir, y otros como Paco Demetrio que en esa fecha no era vocal y difícilmente podía estar presente, si esto sucedía cuando lo era el del reloj.

Entiendo que lo de Lorenzo, (verdulero del pueblo que tenia alquilado el puesto 64) que su estado emocional le hiciera pensar alguna manía persecutorias que llegaba a somatizar, de lo que no hay duda es que se trata de un asunto posterior ya que no me cabía en la escena de los acontecimientos, tanto enredo. De igual manera que en esas fechas, pudiera aparecer como mediador Rueda, el municipal, que había fallecido con anterioridad, a menos que sea otro Rueda, u otro guardia.

Puedo pensar que se me han quedado alguna cosa atrás de las que te escuche, podemos añadirlas, pero las que estan son . Chirrin, chirran.
Lo cual no quita que si tenemos que abrir, y solo desde la amistad y la anécdota, podemos abundar en ello.
Un saludo fraternal de Francisco Rodriguez Estevez

Sevilla a 7 de Febrero de 2014.
 

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