El
tiempo lo dirá
En la
ciudad de los sueños, lo de la Encarnación vendrá a ser la reoca onírica, tanto
es así, que poco puede importar que no esté terminada esa obra cumbre del
modernismo en la fecha prevista del 5 de Noviembre, pues, que puede suponer, después
de tanto tiempo, una pequeña demora de diez meses.
Aunque
tengo mis precauciones, diré que estoy impaciente por ver “aquello”terminado.
Lo que
ocurre que después de haber visto el diseño de Metropolis, (realizado al
principio del pasado siglo), unas fotos de una gasolinera de Hannover y otras
del Museo de Metz, como que no me van a parecer tan originales a pesar de los
retoques que le llevan dado a la micologica propuesta, ganadora del concurso de
ideas, que ni se parece.
Que
decir, cuando todo este listo, lo que se debe sentir por el cuerpo , sacar el
ticket en el kiosco al efecto para entrar en el “antiquarium”, pura historia de
Hispalis, y aparezca nada más entrar, colgado del techo, eso sí en un plano
inclinado, nada menos que el mosaico de la Gorgona.
La
Medusa despeinada, llena de ira, subiéndose por las paredes nos pondrá los
pelos de puntas y la piel sensible comprobando lo poco sensible que se ha sido
con esta excavación, de despiadada cimentación, al no conservar “in situ” toda
la trama urbana, que son palabras de la Consejera de Cultura de la Junta, y que
luego alcanzó el Ministerio, del mas importante yacimiento arqueológico de
Hispalis.
Lo que
nos lleva, sin temor a equivocarnos, que
las piezas desubicadas de su enclave original presentaran una muestra
devaluada, cuando pudo ser un legado de incalculable valor.
Como
describir esas empinadas escalinatas y las sinuosas rampas para la movilidad
sin barreras para llegar a esa creación de plaza selénica, de piso ondulante y
claraboyas, realizada ex profeso para que una juventud pujante encuentre para
su ocio el botellodromo cubierto, con estación de metro y paradas de
metro-centro, sin necesidad de aparcar sus coches, una vez eliminados todos los
aparcamientos, sobre el acerado peatonal, e incluso utilizar el carril bici que
con la melopea no se tiene que soplar, y además de prevenir los accidentes no
quitan puntos.
Imagino
la calle comercial, aun a riesgo de que se llene de tiendas y bazares de
Oriente, ocupada por las más importantes firmas de la moda y el lujo, en dura
competencia con las desérticas del eje Regina- Catedral, peatonales de toda la
vida.
En las
noches, las bombillas del “planetarium”, describirán con sus fundidos en la
artificial bóveda celeste, tanto la fuga de las perseidas como los agujeros
negros, para hacernos ver cual pequeño somos frente al sistema, en este caso el
solar y su “Via Láctea”. Pero, como aun resulta indescriptible el invento,
tendremos que aguardar para comprobar como quedará ese mercado emblematico
donde solo una parte de los comerciantes de los que esperan en la
provisionalidad, puedan encontrar lo que sobre los planos no aparece, su
futuro.
Francisco
Rodríguez Estévez
Sevilla
a 10 de Septiembre de 2007
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