sábado, 22 de febrero de 2014


Al viento

 

Mi conocido presume de pink, pues la vida en rosa que disfruta no es para menos, y cree con convencimiento, que resuma aroma “wisar”, pero poco más, por más que se empeñe en alardear de su fragancia favorita que, enfundándose su cazadora de éxitos, difunde montando en su bicicleta de titanio con cambio automático de cinco piñones y tres platos, postre y vino, Ribera del Duero.

Su nomina es oficial, y en lo ratos de ocio, ejerce su libre profesión. Basta ver el caché de su lugar de trabajo privado, lujo de alto standing, no en vano es un prestigioso profesional, suficiente para darse cuenta de ello, por  las prendas de marca inglesa que tiene que usar, y no es que le gusten, solo las aceptas por que forman parte del atuendo, un uniforme, una mascarada, lejos de sus convicciones, y el deportivo italiano que tiene en el garaje de sus oficinas solo lo utiliza para las escapadas a Portugal donde comparte la panorámica de las vistas del mar que puede ver desde la balconada del dormitorio de su villa refugio, para desconectar, leer y descansar, con una secretaria políglota dominadora del francés y el griego, para mejor entender a Sócrates y Moliere.
Lo suyo es el obrerismo puro y duro, pero le traiciona su paladar de gula sibarita del mar y la sierra. Es lo que se dice un hombre comprometido. Un abanderado de las vanguardias.

Mi conocido aplaude los champiñones por solidaridad con sus compañeros, y, aun siendo laico, confiesa que no le gusta ni una pizca, tal vez por que en el punto pink de su masa gris, algo le dice que quien sacará la cosecha de esta disparatada “siembra” no anda en alpargatas.

"Lo malo, amigo Paco, es que esto de la Encarnación, no se le ha ocurrido a los capitalistas reactivos, porque de inmediato lo hubiéramos evitado".
 Este suceso “gandiano” es tan verídico que  ocurrió en la cercanías de la Alameda, ¡ay Alameda!, cuando estaba totalmente levantada, justo en la calle Potro.
Ambos coincidimos en el caminar, en la busca del Gran Poder, uno en San Lorenzo, para pedirle un milagro para la Encarnación, el otro en San Vicente, como buen agnóstico, que solo alumbra las tinieblas en el silencio.
Como pueden imaginar fueron palabras al viento de un conocido al que desde entonces no le veo el pelo, seguramente estará de vacaciones en La Habana, dando unas conferencias en Nueva York, o dirigiendo un master en  Canberra de lo suyo, el  “Planing Studio Of Exit”, lo que viene a ser planteamientos de estudios para salir, el PSOE. Es de imaginar que de los atolladeros.  Un choyo.

 Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 10 de Octubre de 2007

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