viernes, 28 de febrero de 2014


El acabose

 Ha sido el consultivo económico de la Junta, quien haciendo cuentas de lo de la Encarnación, ha dictaminado el acabose, vamos que no puede ser tal despilfarro. A buenas horas.
 Ha coincidido en la apreciación fiscalizadora con lo emitido por el funcionario responsable de  su responsabilidad, aquel que advierte, dándose cuenta de lo que le pasa a lo de la Encarnación, justo cuando esta tiene mas sombras de las que puede proyectar, que aquello está demasiado oscuro, ¡vamos! que parece que hubiera estado de visita en el interior del llamado mercado ampolla, ese que los placeros tienen, a decir de algunos, por oscuro, mas que cotejada su finalización.
Definitivamente la cosa  del acabose puede que sea así, y si hubieran hecho las cuentas los vendedores del mercado, hace tiempo que se hubieran dado cuenta de que aquello efectivamente es el acabose, pero desde hace muchos, años.
Podían haber caído en la cuenta de que sin autobuses no hay publico y sin publico no hay venta, esa si que  hubiera sido una buena cuenta.
También, si hubieran estado al loro ante la destrucción de zonas donde los clientes,  que de venir al centro pudieran aparcar sus coches, ha estas fechas, en lugar de lamentar demoras, ante la inminente ruina, con acaboses que ya no vienen al cuento, pudieron bien aplicarse el cuento, y haber dicho algo  cuando acabaron con los aparcamientos.

Como lo del mercado ampolla no tiene cuentas acabadas, ni empezadas, el acabose estará cuando caigan en la cuenta y las hagan.

Inmersos en los ocho lustros de provisionalidad, con fechas mas cercanas a la jubilación y advirtiendo la decadencia que en esta ciudad de mercados municipales, las ilusiones estaban el aguantar a la espera de traspasarlo, pero no aparece ningún “cliente” por la sencilla razón de que cuando hacen cuentas no salen tan claras, menos cuando a todo esto, el equipamiento por puesto ha sido incrementado en 18 millones de las antiguas pesetas, todo según las cuentas del consultivo, y ahora no hay modo de desprenderse del regalo, y es que con esa cantidad, hubiera sido suficiente para entregar la cuchara, y todo el equipo, y eso si que hubiera significado el acabose, pero de verdad.
Sevilla a 19 de Julio de 2010-
Francisco Rodríguez

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