
Hace algunos años que el famoso carnaval de Cádiz tuvo un
cartel realizado por Rafael Alberti. Resultó tan chocante como extraño, sin
entrar en valoración de la calidad artística del poeta, que la mayoría de las
agrupaciones que actuaron en el Falla le dedicaron alguna que otra guasa.
Creo recordar que una de las que llegaron a la gran final,
le dedicaba un estribillo que decía más o menos “pero Rafael de mi arma ¿Qué
coño es esto?”.
Sin cuestionar la profesionalidad del arquitecto que tiene el
encargo para realizar el proyecto del Mercado de la Encarnación, un susto, un
miura, pero después de conocer el anteproyecto presentado, y aplaudido por los
representantes de los placeros, y vitoreado por la delegada, de paso hay que
decir que modificable, y que dependerá de la decisión final de la Consejería de
Cultura, bueno, bueno, si Bueno, si se conservan algunos de los restos
arqueológicos encontrados, por lo que no me cabe otro comentario que hacer mío
aquel estribillo de chirigota.
Pues eso, no hay nadie, pero nadie, nadie, pero de verdad que
pueda creer que aquello se trata de una
plaza de abastos, y menos, después de
todo lo que se ha escrito en los últimos años y haber esperado treinta.
Parece más bien, una broma, cosillas de Carnaval, algo poco
serio, a menos que se trate de un disfraz, como queriendo que no lo reconozcan. Y es que por más que lo
miro no hago más que preguntarme ¿Qué será eso?
Sevilla a 9 de Abril de 2003
Francisco Rodríguez Estévez
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