jueves, 1 de julio de 2010

Tumbala, pero mejor con la fresquita

A las cinco de la tarde

Acaba de empezar el mes, y nada menos que a las cinco de la tarde, tela de calor, “TUMBALA” , plataforma de asociaciones contrarias a que se construya en ese espacio semejante cosa, que incluso por tal causa puede meter a nuestra ciudad en la lista negra de la UNESCO, por la contaminación visual que ese mamotreto puede ejercer sobre el conjunto patrimonial consolidado y catalogado como patrimonio de la humanidad, pues esa Túmbala inmisericorde, a las cinco de la tarde, convoca a sus miembros, en el Palacio de Pumarejo, ¡ay, Encarnación! para participar en un documental que sobre lo de la torrecajasol ¡ay, Alameda! han tenido a bien, venir a filmar en el patio de las columnas de caoba.
Tiene su punto eso de filmar en tan singular decorado, un Palacio de propiedad municipal, con catalogación de monumento, y con asignaciones concedidas para su conservación, en el que ni estas aparecen ¡ay, dolor! ni “estos” asoman la gaita, para interesarse por lo que le es propio.
Claro, ¡quien si no! que tienen que ser sus vecinos, y sus usuarios, los que actuan como auténticos dueños, en vigilia permanente, como conservadores de sus muros y paredes, guardianes en desvelo, prestos en su defensa, y protectores gratuitos de la esencia de la bella, y vieja, casona, ante el abandono oficial y la total dejación que soporta.
Esta ciudad de “encarnaciones”, que tiene muy presente el enorme gasto que le está suponiendo a las arcas municipales realizar en lo de la Encarnación ese inútil icono de madera, al punto de que en lugar de un huevo, un riñón, incluso un ojo, las valoraciones ahora se hacen por setas. De pesetas de antes
Así, la policía reclama, disfrazando la autoridad de setas, reivindicaciones que apenas supone lo que cuesta la madera de una seta, acaso de media.
Con el costo de la otra mitad, el Palacio de Pumarejo, se pondría de “durse”. Las reveladoras fotos de los dos concejales, dos, partidos de la risa al ver a la policía municipal, revestidos de setas de lo de la Encarnación, ¡ay! ¿Dónde van tantas pesetitas? ha producido, aparte del descrédito de ambos ediles, a los que por su actitud no se sabe, si le parece cachondeo lo de las setas, o se ríen de la policía, que vista la gracia que la ocurrencia a generado, pues, a la TUMBALA le parecería ideal que el cuerpo de policía, si es que estos trajes de setas de la risa, de setas tragapesetas, no forman parte del patrimonio municipal, los cediera a las asociaciones que puedan utilizarlas, y en ellas siempre irían el imborrable recuerdo de la propietaria de la idea, y así convertidos todos en setas, en esta ciudad de las setas, quedaría establecido definitivamente que estas son un cachondeo, así, como los ediles, y podríamos reírnos todos.
Sevilla a 1 de Julio de 2010
Francisco Rodríguez

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