sábado, 10 de julio de 2010

En el recuerdo

Imágenes
En el recuerdo de las imagenes viene este antiguo de que en la calle Regina,por una peseta, un gorrion extraia un papelito en que estaba escrita la suerte. Algo así como lo del pulpo Pol, pero sin camaras.Ahora dicen que hasta un cocodrilo adivina el resultado, y todo ello me hace pensar que fuera posible que el futuro de lo de la Encarnacion, mucho me temo, que tambien pueda hallarse entre los dientes, en el pico, quien dice, en los tentaculos,y se encuentre a merced de las decisiones de estos animales.

Con el calor que corresponde a esta canícula recién llegada, y por lo que parece será la última que padezcan los placeros supervivientes, bajo las chapas del bidonville que durante 37 años fue bastión y resistencia, pues ante el inminente abandono, rendidos a su suerte, no cejan de aparecer cámaras de filmación captando los estertores de un ciclo irrepetible.
Hoy ha tocado como tema del documental “una imagen para el recuerdo”. Anda cortita de recursos esta productora, que recurre a esta “historia”, pensando que pueda colocarla en algún medio, mas no creo que pase del youtube.
Hago memoria frente a la pequeña cámara, y acaso fuera el ágape del picotazo de plata, allá por el año 66, cuando el entonces Alcalde, al que se le obsequió con una picola de plata, para que le diera dos golpes que apenas arañaron los enormes muros de la entrada Norte del viejo mercado.
Busco en el recuerdo el Pleno extraordinario de 6 de diciembre de 1982, sesión nocturna, y trato de encontrar las palabras de concejal comunista, augurando la recuperación de un mercado entrañable que nunca debió de derribarse.
Pierdo en el tiempo vanos intentos, hasta que en aquel verano del 88, el concejal popular vaticinaba a la asamblea de socios, el año que vienen nos veamos con ladrillos por delante.
Salto al año 94, en el colegio de veterinarios de Sevilla, la concejal del partido popular pronostica, “de aquí a nada, querido amigo, en la Encarnación vais a tener un mercado de cine”, a lo que pregunté si el cine sería de terror.
Acaso fuera en el ultimo tiempo de los andalucistas, la responsable de urbanismo, aquel día que el egipcio " Al Garoul" impedía que el centro de Joaquín acabara en gol de España, se acercó al mercado provisional para sentenciar, “esto no hay quien lo pare”.
Luego vino otro pacto, y aquello más que seguir se fue al garete. Justo cuando lo del “mercado emblemático, y lo de los pobrecitos placeros, del candidato a punto de cambiar de socio, yo Encarnación, tu Alameda.
La memoria salta de cuando dos, que ya no están ni se les espera, en lo del concurso pronostican que si hay que cambiar normas y reglamentos para realizar el icono premiado, pues se cambiaran.
Y volviendo atrás, no se puede olvidar aquello de puerta, puerto, plaza, mercado, estación, aeropuerto, plaza, mercado, puerta y puerto. Ni tampoco lo de la epatante.
Ni lo del mercado dedalito, ni lo del premio a la sostenibilidad.
Me quedaría con la intervención del ex edil socialista, cuando presume que asume el riesgo de ordenar, por su cuenta y riesgo, que se empiece cuando menos el mercado cuando no habia mas de unas lineas pintandas en el suelo, " y dije que se haga", que se haga el mercado, justo en plena hecatombe, cuando la crisis de la madera, mas madera, que tan hábilmente supo esquivar el responsable publico que iba para delfin y acabó como Jonas, con aquello de proyecto imposible, pero ya lo hemos hecho posible.
Tenemos también aquello de maderametalica, encaje de bolillo financiero, arquitectura económica, la encarnación es un miura, lo del pegamento que no pega con el calor, lo del sorteo del Lunes Santo, e incluso lo de las llaves para primero de Julio, y donde dejamos lo de las inauguraciones, que si para San Bonifacio, que si para Navidad, que si para 2007, que ahora para 2011, y lo de los costos, que empezaron en 53 millones, y van por 123 millones de euros.
El de la cámara avisa que se acaba la batería, y entonces solo pude recordar aquello de ver lo de la Encarnación, en vivo y en directo, minuto a minuto, a través de unas cámaras que según dijeron colocaron en una de las grúas. Y aquello, como tal engaño, si pudiera ser el paradigma de la imagen del recuerdo de lo de la Encarnación, acaso por ser algo que, si es que existió, nadie lo pudo ver.
Sevilla a 10 de Julio de 2010-
Francisco Rodriguez

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