miércoles, 7 de julio de 2010

Ocho tentaculos

El cine

Cuarenta y un grado marcaba el termómetro mientras el cámara filmaba la película. Es posible que en alguna secuencia haya podido quedar plasmado este marcador del calor que hacia en la bochornosa mañana gris, de este día de San Fermín, que siempre me traerán los recuerdos de aquellas carreras, no delante de los toros por “mercaderes”, si no por aquellos que inundaron las calles de panfletos a favor de la destrucción del pasado.
Fecha esta de 7 de julio, en la que se autoriza pueda llevarse a cabo desmontar la historia, cosa que hacia varios meses se había iniciado, al menos desde que comenzaron las perforaciones para la realización de los pilotes, para llevar a cabo, según el director de excavaciones, de la mas invasiva de las cimentaciones. (Luego dijo “diego”).
Un día se San Fermín, que en Pamplona siempre es fiesta, y en Londres, tragedia, pero en lo de la Encarnación a nadie le tembló el pulso a la hora de firmar autorizaciones que permitieron un impune ataque al pasado.
La productora de cine ha enviado a un cámara, es alemán, se llama Claudius, y habla perfectamente el español. No hay problemas. En lo de las setas, los alemanes bichean por las alturas del espectacular andamiaje, hasta donde llevan una pequeña bandera alemana, de igual tamaño a la que luce en la puerta del receptáculo prefabricado que utilizan de vestuario. Es lo que tiene el futbol, justo en esta 7 de Julio, en Sudáfrica, Alemania y España juegan la semifinal del mundial 2010, y mira por donde hay un pulpo que acierta los todos los resultados y ha vaticinado que ganará España.
La filmación continúa. Como es una película dirigida al publico alemán, lo que procede es informar de lo que por el momento es ese “mojón” del metrópol, cuando ni lleva estación del metro, ni aparcamiento rotatorio, destruye un alto porcentaje de la Historia, el llamado mercado no acoge a todos los comerciantes, y además es pequeño para ser un mercado municipal central, crea una calle interior cubierta de difícil cuidado en cuanto puede ser un estupendo dormitorio de la indigencia, se aumenta una oferta de locales en zona que en la actualidad hay excedentes, las escaleras, tres por falta de una, acogerá a la juventud ávida de escalinatas convirtiéndolas en verdaderos mingitorios de sábado noche, la plaza en altura en botellodromo y hay que ser adivino como el pulpo para encontrar el destino final de la terraza mirador de azoteas, y el restaurante de quinientos comensales.
Como quedaba cinta no convenía dejar fuera de la sensibilidad teutona, la tala de todas las acacias que formaban el perímetro del solar del antiguo mercado, la absurda creación de fuentes hemorroides, el olvido de las células fotovoltaicas para la sostenibilidad,la demora en la construccion, la elevacion desmesurada de los costos, y el delito que por contaminación visual supone colocar la seta seis a escasos dos metros de la fuente mas antigua de la ciudad de Sevilla.
Claudio, ha dicho ¡Corten!, y hasta aquí hemos llegado. Ahora, todo depende del pulpo,la suerte mas que en sus manos queda en sus tentaculos para indicar el imprevisible rumbo del "jabulani",pues si adivina el resultado, lo mismo se le puede preguntar, al acierto de sus tentaculos,que cuando se acabará lo de la Encarnación,que ya está tocando mucho las pelotas.

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