martes, 13 de julio de 2010

Así es la cosa

La cosa

Ahora nos hemos enterado de que la cosa tuvo su origen en la pantalla de un ordenador, al mas puro estilo de los garabatos de Ghery, cuando este inventaba edificios dando vueltas y vueltas con el rotulador, hasta que al final aquello se le parece a algo que tenia en la cabeza, y nada como el titanio, para ser usado como elemento de construcción, y realizar edificaciones no diré raras, pero si fuera de lo común, y por lo tanto ideal para enclaves desolados.
Así pues, tambien empezó esta historia de la Encarnación, a base de darle vueltas y giros al ratón y ver como que aquello, que ya parecía lo suficientemente absurdo como para que pudiera ser comparado con la mismísima Crooked House,( que se acababa de construir en las afueras de Sopot, (Polonia)), quedó convertido en creación de ordenador, en un vano intento de formar parte de las edificaciones mas raras del mundo. Pues ¡no me digas más! Currito, dale al botoncito.
Y en esas, que el destino quiso que la Encarnación, en una vuelta a sus orígenes de madera, quisiera que tal cosa se convirtiera en la sombra de Sevilla. La sombra, la sombra vendo.
Sin alcanzar los meritos que le permitieran entrar en el catalogo de edificios raros, lo de la Encarnación tiene su punto de misterio cuando, lo que fueron muros, ahora son de cartón piedra, y desaparece la logia perimetral, convertida en oscura calle interior, y las cornisas de cal y calamocha, donde antes crecía el jaramago, están realizadas con planchas de hierro con formas serpenteantes para el peor gusto, y tras el metacrilato de metilo la llamada plaza se esconde de la luz del sol, para que sea tal como una urna para guardar el reservorio que queda de la provisionalidad.
Vuelve la historia a repetir en lo de la Encarnación ese capitulo de lo de la madera, como algo ineludible, pues, si Sevilla fue en el origen Spala, y luego Hispalis, la Encarnación siempre finaliza en madero, y esta Encarnación de Sevilla que nos ocupa, no podía ser diferente y se inicia con cajones de madera, cajones de ocupación, cajas formando una barricada de dominio cuado el francés se las piraba, y mira por donde, después de tanto tiempo esperando acaso otro final, todo acabará como no podía ser de otro modo, bajo la cúpula de la epatante cubierta de diseño de ratón, realizada en madera plastificada, antes en laminas de cobre, ensamblada en kerto provistos de metálicos pernos, y de tablas pegadas con resina de diseño, dejando las endejas previstas para el crecimiento de la nube envolvente, bajo la cual se instalará un planetarium, donde las trepadoras alcanzaran el cenit envolviendo las columnas de madera prensada, y hasta para la creación de la exaelencia en medio ambiente, se genera un microclima, a falta de las fotovoltaicas que tanta energía ahorra,al que se le tiene previsto con la pulverización de agua, naturalmente con facturación de emasesa que convertirán a la plaza elevada, no ya en un botellodromo de cuidado, en un vergel del paraíso prometido al “di mas”, que aun parece poco, en una bóveda celeste donde además de contemplar la osa, el carro, y el virgo, se dejara ver tanto al "sirio" puesto, como al “canis maior” vomitando por la escalera oeste, que al “canis minor”, meando por la Norte.
La cosa no está clara y a la madera todavía no se la han vistos las astillas asomar, ni el dinero parece que tenga la disponibilidad que las urgencias requieren, cuando vuelven los operarios a tener el cobro al ralentí, y el calor aprieta tanto como las deudas, y lo peor, es que las arcas están vacías, y hasta es posible que por esta causa, siempre el dinero, lo de la Encarnación que siempre acaba cuando empieza, justo cuando lo de la “bolsa.”
Esperemos que en esta ocasion sea la de Tadeo,tambien Judas, que para eso es patrón de lo imposible, y decide lo que sea mejor, tirar aquello, o jubilar a los de la plaza, al menos para que tengan un final feliz.
Sevilla a 13 de Julio de 2010
Francisco Rodriguez

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