jueves, 22 de julio de 2010

La receta

Eo, Eo, Nabateo
No es lo mismo hacer una ciudad on the rock, para que la dura piedra recuerde al pueblo nabateo, que coger un cabreo por la cara dura de subir al Tourmalet, que quiere decir mala vuelta, y con la calidad que era de esperar, tener que alcanzar, millón arriba, millón abajo, pero ni un euro mas, hasta la nube de madera de aquello, y encima de todo, en la cumbre del sublime momento de la meta en alto, soportar la broma del niñato como un mal royo Macabeo, que no enteras Mateo, y el timo, de Timoteo, que no es mas que una estrategia de las tres estampitas de toda la vida, de los que se fueron de Sevilla y perdieron su silla, por lo que le resultaba inevitable tener que hacer la gracia, para que todos tengan la risa nerviosa que tanto le afecta por los efectos micologicos. “Por las setas se perdieron, nadie sabe que dinero”, “Por tragar los champiñones, volaron treinta millones” ¡Eso si que mosquea!
A pesar de los años sin ejercer, sin mayor prueba que su intuición de profesional en excedencia, el galeno, a primera vista, formula el posible diagnostico, suficiente dato para el aprendiz de curandero, ese que asume el protagonismo de su frustración profesional, pues ejerce de oído, y prescribe, en flagrante intrusismo medico, el remedio que, en sus escasos conocimientos, entiende que deben de tomar los sevillanos supuestamente cabreados, por no tener ese interés general que solo tienen lo que aunque no entiendan nada, aplauden desesperadamente, que los responsables sean irresponsables.
Desoyendo al consultivo, y todo lo más, atendiendo las cuentas que le trae, e incluso hasta se podría pensar que por fastidiar al candidato Espadas, el sustituto, el nuevo, ese que además de prometer que esta ciudad, una vez que despierte del sueño, quede convertida en la ciudad solar, sin olvidar lo dicho de las setas por aquello del síndrome perro que cogió con lo de la Encarnación, pues dijo que el nunca lo haría. En definitiva, ha quedado de manifiesto que lo de la Encarnación, por la calidad de la calidad del voto, ha perdido la sostenibilidad de las células fotovoltaicas para siempre, pues a pesar de que son obligatorias, ha quedado claro que, como aquello no se acaben con el dinero conseguido, han dicho los que aquí no dicen nada, que la próxima vez, van ha decir que no. En cinco meses, alguien puede que diga algo, distinto a Macabeo, a ser posible responsable.
Sevilla a 22 de Julio de 2010-
Francisco Rodríguez Estévez

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