sábado, 17 de julio de 2010

De judas a longinos, (marcando el tiempo)

Responsabilidad

Pase lo que pase, es evidente de que todo lo ocurrido en lo de la Encarnación tiene sus responsables. Pierde toda la seriedad que se aconseja en un asunto de la gravedad de este, cuando con una laxitud sospechosa se posterga a la identificación de los responsables para cuando lo de la Encarnación esté terminado. Acaso el Sr. Rey, (gerente ) quiere, por su cuenta y riesgo asumir, en un acto que solo pocos pueden entender, toda la responsabilidad, que no es poca, o es que algo le hace pensar, que una vez salvado el escollo, no habrá responsables a posteriori.
No tiene ningún sentido hacer una propuesta tan absurda, como la de esperar para encontrar a los responsables, ¿esperar a que? A cuento de que temor viene ponerle demora a la identificación de cada uno de los intervinientes, es mas, seria recomendable ser diligentes en ello, para conocer con exactitud la implicación de cada unos de los muchos individuos con participación, en especial aquello que tomaron decisiones, ya fuera como profesionales, como técnicos, como asesores, como supervisores, como responsables, o cualquier otra forma por la que recibieron justos emolumentos, salarios, asignaciones, minutas, conforme a la participación individual o colectiva, lo cual puede determinar claramente el grado de responsabilidad.
Nada puede tener mas interés, a menos que se intente evitar, que conocer el procedimiento llevado a cabo en las actuaciones de este proyecto, y el proceder de cada individuo, por lo que seguir es desobedecer al consultivo, pararlo, siempre será un fracaso, cancelar el contrato, traería cola, y lo de las setas un dineral malgastado, pero que falta otro tanto para concluirlo, buscar otras soluciones acaso resulte inviable, dejarlo inconcluso, una vergüenza para la callada ciudad, e incluso derribarlo, cosa que parecería lo mas sensato, no deja de ser algo secundario.
Encontrar las cantidades que en millones de euros, aun siendo desorbitada, es algo que puede esperar, e incluso no debe ser tarea muy difícil a tenor del empeño demostrado con la desobediencia, pero lo urgente, lo que procede de inmediato, y con prioridad absoluta es tener a los responsables perfectamente identificados, y sus responsabilidades, milimétricamente cuantificadas, y a partir de ahí, que empiece el debate.
No debe ser de recibo la inmolación de inocentes, existiendo culpables. Tampoco que el satí produzca un mártir, en gesto de fidelidad, (por no darse el “piro”), “arrojandose” de bruces en las brasas de las madera, tal como de una pira crematoria, que lo de la Encarnación quema, pero es otra cosa, y es suficiente con aquello de que se pueda aclarar la cosa, que ya de por si anda mas que caliente.
Sevilla a 17 de Julio de 2010
Francisco Rodríguez

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