miércoles, 1 de abril de 2020


El Roto | Opinión | EL PAÍS

Cuento de primavera 30 dias
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En Abril aguas mil, llueve y escampa, hace frio y la tarde templada, ni que estuviera Febrero. Dieciocho días cumpliendo las medidas que aconsejan para derrotar entre todos al cronibichus.
 Con el cambio de hora la noche tarda más en retirarse, se resiste, todo está oscuro en el amanecer del octavo día de primavera, y diez más del obligatorio recorrido al trabajo , una vez que redujeron la flota de autobuses.
 La mañana no tenía la claridad que, días atrás, venía creciendo en cada amanecer. El tiempo está detenido en la ciudad que se despereza, y que sueña que todo vuelva a ser como antes.
Este silencio reinante hace que el negro mirlo, casi invisible, mimetizado en sus sombras,  andurree de acá, para allá, y  pase entre los alineados coches buscando algo para comer. La invasora cotorra de Kramer se deja ver en las ramas del árbol, antes de que empiece el escándalo con  su matinal cotorreo.  Cerca de la iglesia en los ramajes de la gran encina que adorna su puerta, las tórtolas turcas, nuevas en estas tierras, se mantienen agrupadas,  y en cada uno de los huecos de las tejas de la cubierta de la Iglesia están las palomas, para algunos ratas de tejados. Los vencejos en cuanto se haga claridad volaran bajo las setas.
Todo está tan vacio, tan solo,  que parece que el aire es más frio, se diría que más limpio, que se respira mejor a pesar de tener una mascarilla obligatoria por las medidas a llevar a cabo para que esto se acabe cuanto antes. Se cuenta que en Pompeya, la ciudad en la que se detuvo el tiempo para siempre, que semanas antes de quedar sepultada por las cenizas del Vesubio, el volcán estuvo dando señales lo suficientemente claras como para poner, al menos algunos lo hicieron, tierra de por medio, o agua. Pero nadie pensó en lo iba a suceder, y algunos con mas preocupación que otros pensaron que tanto terremoto no sería nada bueno.- Se pasaría como siempre, pero no sabían que hacer además ni podían, algo más que  solo quedarse en la casa, y que pasara lo que fuera.  
El Roto | Opinión | EL PAÍSDieciocho días,  y aun faltan seis para concluir la cuenta del confinamiento, y sin Semana Santa. Cuando avisaron que este seria de dos semanas, se pensaba que no se podría resistir, cuatro, la cosa es más dura y da que pensar que el Duo Dinamico eran profetas. Cosa seria.  Hoy que ha florecido por primera vez en España una orquídea Darwin, acaso sea una buena premonición, aunque los biólogos dicen que es por la pureza del aire libre de contaminación. En la plaza de abastos reparten mascarillas,  tejido duros de loneta y tenso elástico que las hacen inservibles. Los pasamanos de las puertas abiertas de par en par evitan los riesgos.
Las cifras 'en cuarentena' del nuevo coronavirus | NewtralHoy he visto, en los solitarios pasos de vuelta a casa, por donde no me encuentro a nadie, que había algunas personas en la calle, muchas paseando sus perros, y demasiados jóvenes ligeros de ropa y sin protección. Lo mismo piensan no hay mal que cien años dure. Eso debió pensar aquella persona que dejo escrito en las paredes de un lupanar de Pompeya, “Nada puede durar para siempre, El Sol se precipita al océano tras brillar intensamente. Mengua la Luna que hace poco estaba llena, la furia del viento, se hace suave brisa.  Lo que viene a decir que siempre que llueve escampa.
Somos pompas de jabón | DesmotivacionesFaltan unos minutos para que en la esperanza, en la resignación, en la solidaridad y en las ganas de ver la calle, empiecen los aplausos, la música se dejará oír alta de decibelios, casi de charanga. Alguien toca el violín, la guitarra, canta saetas, o sevillanas, son unos minutos que permite salir del enclaustramiento para que esta historia deje de ser cuento, y alguien la lea como el grafiti de la mancebía romana.
Mañana es la fecha dedicada a San Francisco de Paula,  nacido cerca de Vesubio, en Nápoles, y se retiró a la montaña, como el probe Miguel.
 Me lavo las manos y hago espumas de esperanza, y que pronto sean burbujas de vida. Pero solo las pistolas que se compran en la feria de Sevilla es capaz de lanzar pompas de alegría. El gel que uso es de urea.
Sevilla a 1 de Abril de 2020-
Francisco Rodriguez Estevez

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