Cuento de primavera 30 dias
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En Abril aguas mil, llueve y escampa, hace frio y la tarde
templada, ni que estuviera Febrero. Dieciocho días cumpliendo las medidas que
aconsejan para derrotar entre todos al cronibichus.
Con el cambio de hora
la noche tarda más en retirarse, se resiste, todo está oscuro en el amanecer del octavo día de
primavera, y diez más del obligatorio recorrido al trabajo , una vez que redujeron la flota
de autobuses.
La mañana no tenía la claridad que, días atrás, venía creciendo en cada amanecer. El tiempo está detenido en la ciudad que se despereza, y que sueña que todo vuelva a ser como antes.
La mañana no tenía la claridad que, días atrás, venía creciendo en cada amanecer. El tiempo está detenido en la ciudad que se despereza, y que sueña que todo vuelva a ser como antes.
Este silencio reinante hace que el negro mirlo, casi
invisible, mimetizado en sus sombras, andurree de acá, para allá, y pase entre los alineados coches buscando algo
para comer. La invasora cotorra de Kramer se deja ver en las ramas del árbol,
antes de que empiece el escándalo con su
matinal cotorreo. Cerca de la iglesia en
los ramajes de la gran encina que adorna su puerta, las tórtolas turcas, nuevas
en estas tierras, se mantienen agrupadas, y en cada uno de los huecos de las tejas de la
cubierta de la Iglesia están las palomas, para algunos ratas de tejados. Los
vencejos en cuanto se haga claridad volaran bajo las setas.
Todo está tan vacio, tan solo, que parece que el aire es más frio, se diría
que más limpio, que se respira mejor a pesar de tener una mascarilla
obligatoria por las medidas a llevar a cabo para que esto se acabe cuanto
antes. Se cuenta que en Pompeya, la ciudad en la que se detuvo el tiempo para
siempre, que semanas antes de quedar sepultada por las cenizas del Vesubio, el
volcán estuvo dando señales lo suficientemente claras como para poner, al menos
algunos lo hicieron, tierra de por medio, o agua. Pero nadie pensó en lo iba a
suceder, y algunos con mas preocupación que otros pensaron que tanto terremoto no
sería nada bueno.- Se pasaría como siempre, pero no sabían que hacer además ni podían, algo más que solo quedarse en la casa, y que pasara lo que
fuera.

Mañana es la fecha dedicada a San Francisco de Paula, nacido cerca de Vesubio, en Nápoles, y se
retiró a la montaña, como el probe Miguel.
Me lavo las manos y hago espumas de esperanza,
y que pronto sean burbujas de vida. Pero solo las pistolas que se compran en la
feria de Sevilla es capaz de lanzar pompas de alegría. El gel que uso es de
urea.
Sevilla a 1 de Abril de 2020-
Francisco Rodriguez Estevez
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