Sábado Santo (En confinación)
Como cabía pensar, que me despertara temprano, muy temprano,
mas trabajo me costaría salir a la calle y disponerme a marchar hacia mi
trabajo si predisposición, en larga
caminata de calles solitarias.
Es una suerte y un riesgo a la vez, salir a la calle cuando
la amenazante pandemia que tantas miles de vidas lleva contabilizadas tiene
posibilidades, por más que le pongamos TODAS LAS MEDIDAS, de incluirse en su
lista de muertes. Sesenta y cuatro horas sin pisar la calle, me hizo
reflexionar de cuantas llevan estrictamente el confinamiento, con las pausas de
romperlo en rigurosos periodos de tiempo establecidos para salidas de
necesidad.
Lo guardaremos para mañana, para hoy urge buscar en la
reserva que tan bien me hubiera venido mi ensaladilla de no haberse caído la
fuente al suelo. Tengo filetes de cerdo, tortillas de camarones, y berenjena
rebozada con miel, plátano con chocolate a la flor de sal, vino Valdepeñas, pan
integral, infusión de tomillo y una torrija casera que compre en la confitería.
Tengo que hacer el lavado a mano de la ropa blanca, de
momento cuelgo en perchas la ropa de color para lavar en un espacio de la
terraza, al menos se airearan, hasta que pueda ser reparada, la lavadora
que me dejo tirado el día del estado de
alarma.
Sevilla a 11 de Abril de 2020
Francisco Rodriguez
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