Un mes y un dia
De verdad que cada vez tengo menos ganas de salir para ir a trabajar,
el silencio de las calles desiertas, y la falta de ilusión, hacen que ya se deja notar , no solo las escasas ventas, pués no se hace fácil salir de casa.
El despertar de cada día a una temprana hora fijada por los
años no cambia, pero en estas circunstancias hace que me demore en la salida, no hay prisa, menos
cuando todas las noticias de priemra hora se refieren a la cantidad de personas que han sido víctimas
en una pandemia, que cuenta por miles los casos que resultaron letales.
Más coraje aun cuando se oyen opiniones sobre las medidas,
al parecer tomadas tarde, y el escaso número de ventiladores disponibles para
lo que se avecinaba.
No hemos sido en esta ciudad por fortuna uno de los puntos más atacados por este virus,
pero asusta que una tos, ya sea alérgica, asmática, bronquial, o de neumonía padecida, patologías
tratables por el médico de familia con toda garantía de acertado diagnostico y especifico
tratamiento, para que no se vengan a la cabeza el peor de los pronósticos.
Estos factores de riesgo en los mayores hacen que la confinación
tenga los mejores resultados, pero no se deja atrás la preocupación cuando al
riego existente le suman la debilidad económica si tienes que cerrar como
medida del estado de alarma la actividad que sustenta a muchas familias.
Con todo
ni se aun porque me arriesgo a salir a trabajar.
No sé si me hubiera quedado todo este periodo solo en casa,
fue una suerte que la medida me permitiera salir. A veces pienso en cerrar unos días y tomármelo
como unas vacaciones, y me contesto, sin saber que podría hacer durante todo ese
tiempo.
No podría lavar toda la ropa, tengo la lavadora estropeada: No podría
arreglar el grifo de la ducha, está cerrada la ferretería. No podría pintar ni
la baranda de la terraza, ahora que no pasa nadie, no puedo comprar pintura. En el fodo se que no lo haria.
Verdaderamente
estoy cumpliendo el estricto confinamiento, por mi y por todas la personas, que
como parece, las estadísticas lo
confirman.
Hoy para
almorzar descubrí que el taper de ayer, para
mi sorpresa y alegría tenía cuatro filetes de redondillos en salsa de almendras, y lo completamos
con media docena de gambas Orly, pera conferencia, vino de valdepeñas, pan
integral y una nueva infusión ayurvédica se llama “Saludos al Sol”, que
acompañamos con dos torrijitas del otro día.
En un momento sonaran las palmas, hoy quizás pueda oírla viene
el viento de poniente meciendo las hojas del naranjo que me acompaña tras los
cristales, dándome un panorama verde, toralmente verde, y el rojo del piso de
las baldosas de la terraza.
Los elementos que coloqué han disuadido a las tórtolas
turcas, no han venido. El documental de
ayer era sobre “Las Cholitas” bolivianas que escalaron el Aconcagua, me gusto mucho. Ahora
escucho los pocos aplausos que se dejan sentir.

Se escucha a todo volumen “Resistiré”. Me asomo a la terraza el Sol se marcha
llenando de dorado reflejos la fachada de mi bloque. El viejo carnicero decía “miércoles de mala gana”.
Sevilla a 15 de Abril de 2020
Francisco Rodriguez
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