domingo, 28 de septiembre de 2014


Repeluco

El adn traía un helado repeluco en su interior capaz de poner la carne de gallina, como la piel sensible, cuando se llega a leer en su interior, en minúscula letra, que la creatividad en la gestión de las plazas municipales, necesitan  disponer de un nuevo reglamento. Dice quien lo dice, por el momento anónima fuente del equipo de gobierno, que con otros argumentos más actuales. Me lo temía, no es para menos.
 No cabe duda de que a partir de entonces las plazas de abastos, tan abandonadas como amordazadas, serán pues, con este nuevo reglamento, superficies comerciales altamente competitivas. Cuestión de esperar. El repeluco, solo con la lectura de la tres líneas del periódico gratuito,   se hace pavor
Por todo, no añade si se estudiará las causas para que el actual, que debe ser retirado, haya tenido una duración tan corta, pero lo suficiente como para advertir que ha sido casi en su total articulado incumplido por esa delegación que ya sospechosamente, si le considera caduco, más que molesto, dejando entrever que en el moderno se reforzaran las medidas disciplinarias y sancionadoras para los comerciantes, (al parecer merecedores de las mismas)  en detrimento de las dinamizadoras y formativas. Que se le va a hacer. El tiempo dirá la intención, adiós, placeros, a Dios.
Así pues libre los pasillos de cajas, las ventas prometen que alcanzaran cotas inimaginables. Los beneficios, como el nuevo reglamento, harán crear las condiciones para que estos singulares edificios, de propiedad municipal, queden convertidos en emporios de riquezas para que dinamice todo el tejido de la trama urbana de su área de influencia. ¡Toma ya!  Sin duda estas tonterías son de temer, como las cumplan.
Lo peor por el momento  será lo del horario flexible, se explica cómo más acorde con los nuevos hábitos de compras de aquellos clientes que tienen otras opciones en sus preferencias, al que dicen se adaptará esta panacea de artículos. Se sospecha jornada doble, mas es de imaginar que desde esta izquierda de vanguardias y modernidades, se tendrá en cuenta los logros de los trabajadores, en cuyo caso el mejor indicativo sería  aplicar el horario  que los servicios municipales establece, a menos que con el nuevo reglamento se pretenda tener uno donde el descanso sea imposible.
Basta saber que en muchos casos la jornada de trabajo de los  vendedores de mercado, no empieza en horas de negociado, pues los negocios comienzan en las madrugadas para realizar las compras, y acaban sobrepasando las tres de la tarde, con lo cual no están los cuerpos para pedirles exigencias con obligaciones, que bastantes se tienen, como para freírles con articulados que se hacen casi de capricho, más que de eficacia.
Lo que no estaría de más, es que es se estudiara, antes de que llegue el calor, en lugar de reglamentos, la posibilidad de bajar en algunos grados la temperatura que hay que soportar bajo las horneantes chapas de la provisionalidad en esa Encarnación de asbesto y despropósitos, so pena de que cuando a un año vista, emerjan las phaloides amanitas, para engullir a los que resistan, quede alguno sin asar.
Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla 2 de Mayo de 2006

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