En la cumbre
En breve, acaso el próximo
lunes, la responsabilidad municipal se entrevistará con los representantes de
los placeros para tratar diversos asuntos, al parecer y principalmente la
actuación llevada a cabo por la
concesionaria alquilando el puesto de titularidad municipal, con licencia de pescado y mariscos, y que ha
rizado el rizo del desacierto, modificando a capricho el equilibrio de las
especies, ya sea con la inusitada autoridad de lo inexplicable, cosa muy consentida
en esta plaza, pues se permite llevar a cabo la
autorización del posible cambio, presuntamente, sin la correspondiente, y valida, autorización municipal, y para que contarles,
si los representantes de los
comerciantes de la cooperativa, aparte de ser los últimos en entrarse de que va
la cosa, cabria preguntarse que como siendo los interlocutores del colectivo son soslayados, en contra de lo
dispuestos en las ordenanzas, cuando algo tendrían que decir al respecto. Especialmente en este caso, y de acuerdo con los contratos individuales firmados por los placeros, cuyos intereses serán lesionados, de llevarse a cabo tal alquiler.
Convendría recordar que esta plaza municipal, aparte del
laberíntico diseño que le dispusieron, no solo incumple la Ley de Accesibilidad (al no disponer de puertas automáticas), por más que las actuales, aleatoriamente
dispuestas, en nada favorece la circulación optima de un rendimiento comercial,
visto el desarrollo que dispuso el publico a lo largo de estos casi cuatro
años.
Qué decir del incumplimiento del propio PGOU, y de las leyes
FERAEE, y la de Patrimonio Histórico de Andalucía. Pero ahora estamos en lo de la plaza municipal de abastos,
cuyo Reglamento municipal en vigor, al parecer lo guardaron bajo llave, y el berlinés no tenia traductor,
con toda la gente que estaba cobrando, de facto hasta tres o cuatro Delegados, se cuente el inicio y el final de obra, y en la Delegación
de Consumo, como que con lo del equipamiento de 4.400.000 euros, no era cuestión
de ponerse a repasar el articulado.
Ni tan siquiera las cámaras. Ni el sistema de ventilación, a menos que llegue una legionella, a una contaminación en los pomos de las puertas. Y la concesionaria, como responsable del mantenimiento, jugando a que me deben, y el Ayuntamiento sigue con los números rojos, y los de circo.
Ni tan siquiera las cámaras. Ni el sistema de ventilación, a menos que llegue una legionella, a una contaminación en los pomos de las puertas. Y la concesionaria, como responsable del mantenimiento, jugando a que me deben, y el Ayuntamiento sigue con los números rojos, y los de circo.
No podríamos evitar comprobar las demás deficiencias que
pueden a simple vista observarse, y que
ninguna de las dos responsabilidades ha tomad, en casi cuatro años, o la mas mínima iniciativa reparadora, pues aparte de la
puerta en la fachada de poniente que se hace necesaria, los aseos y servicios
publico se hacen insuficiente, por más que es la indigencia, para su suerte, disponer de estos aunque sean escasos.
La estrechez de los viales, la falta de diafanidad con esos treinta y seis obstáculos a forma de colosales columnas, fácilmente reducible en su volumetría, el poroso suelo, la falta de aireación, la concentración de olores desagradables, las salidas de aire caliente en sitios totalmente prohibidos, serian una muestra, aunque podríamos seguir con la altura de los mostradores, y el gran desconocimiento que tienen los placeros de los espacios que corresponden a la plaza municipal de abastos, tanto en la planta sótano como en la planta primera, y cuales serian los espacios compartidos, los comunes y los generales, y cuando menos conocer al detalle, tal como se emite el recibo, como se aplican los gastos de limpieza, energéticos y vigilancia, sin temor a la amenaza de la gentileza del espacio de carga y descarga que podrían, por el contrato de uso firmado, poner a las furgonetas de patitas en la calle. Calle, calle.
La estrechez de los viales, la falta de diafanidad con esos treinta y seis obstáculos a forma de colosales columnas, fácilmente reducible en su volumetría, el poroso suelo, la falta de aireación, la concentración de olores desagradables, las salidas de aire caliente en sitios totalmente prohibidos, serian una muestra, aunque podríamos seguir con la altura de los mostradores, y el gran desconocimiento que tienen los placeros de los espacios que corresponden a la plaza municipal de abastos, tanto en la planta sótano como en la planta primera, y cuales serian los espacios compartidos, los comunes y los generales, y cuando menos conocer al detalle, tal como se emite el recibo, como se aplican los gastos de limpieza, energéticos y vigilancia, sin temor a la amenaza de la gentileza del espacio de carga y descarga que podrían, por el contrato de uso firmado, poner a las furgonetas de patitas en la calle. Calle, calle.
·
Se trata de entender si el espacio municipal,
que es motivo de la acción que se ha llevado a cabo, lo es como tal, pues como sin
duda se trata de un espacio municipal advertimos que sin haber pagado ni
un solo recibo por tasas municipales, y a pesar de ese impago ya sea
consentido inexplicablemente, como puede, y porque causas, queda este a disposición
libremente de la adjudicataria, pudiéndose agravar para que
esta en su beneficio haga acaso el peor uso posible.
·
Por todo ello, no conviene omitir que una calle
exterior ha sido convertida en bar de copas, con las carencias de exigencias evidentes, y que
hace que hall principal sin esta comunicación quede totalmente mutilado por una rampa colocada inversa,
es decir con entrada y salida exterior, una puerta al planta superior inutilizada,
y la desaparición de unas de las puertas de acceso a la plaza municipal de
abastos, quedando una de dos hojas abatibles, que vienen a coincidir con el
mayor agrupamiento de columnas, posiblemente por la falta de atención y estudio
en el diseño y planteamiento de un lugar de comercio.
·
Si se intentara encontrar los aseos sin
preguntar, mas parecería una aventura dar con el lugar, a menos de correr el riesgo que la evacuación
o la micción no llegara hasta su
correcto destino, pues la falta de información es total. Peor seria localizar
la dirección del mercado, y que decir del lugar donde la inspección de consumo
debe compartir con los servicios veterinarios según el reglamento vigente, por
no volver a la anchura del viario, sin olvidar donde se ha instalado la oficina
de la gestión de mantenimiento, justo donde se encuentran cuadros eléctricos, y
que por tal motivo resulta mas que inapropiado y posiblemente prohibido por las normas
constructivas.
·
Podría preguntarse si en un contrato entre
partes, como es este que extrañamente se firma individualmente con Sacyr, y no con el Ayuntamiento
(que lo mismo el legal) esta concesionaria puede modificar sustancialmente el
contenido del mismo cuando altera el uso de las especies previstas, perjudicando
seriamente con una inclusión que no se justifica, dado que el servicio de esta
especie, presenta suficiente oferta, ítem mas hacerlo a la
baja, devaluando toda posibilidad de traspasos dignos, y rompiendo la armonía y
el equilibrio en la precariedad existente.
·
Sorprende que esta reunión en la cumbre, donde
todo puede estar cocido, pues el puesto sujeto a controversia ya dispone de
contador de luz contratada a Endesa, ( se supone que con documentación bastante)
tenga que realizarse como un ultimátum, algo así como de urgencia, y a ultima hora, pues no se explica que
defensa de los placeros, a través de sus representantes, se ha cursado ante de
llevar a cabo ninguna autorización, pues tanto administración como equipo de
asesores, deben de atender a los deseos e intereses de los comerciantes de la cooperativa, y en la medida
posible no complacer las actuaciones llevadas a cabo por la concesionaria, pues
esto nos llevaría a pensar que en ese camino lo mismo tras esta actuación cualquier
otra puede ser posible, y nunca mediremos las consecuencias que a la vista, por
su acritud, no parecen nada halagüeñas.
·
Sevilla a 25 de Septiembre
de 2014
·
Francisco Rodríguez Estévez
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