
Este próximo miércoles llega de nuevo la Cuaresma estando en este vaticinado de 2006, que suma ocho, solo faltara un año para dejar la provisionalidad en el imposible 2007.
Llega pues un tiempo de piadosos actos, a esta mariana y callada ciudad, justo al mismo tiempo que se reinician los trabajos de ni se sabe que fase micologica, para dar continuidad,( tras el último abandono que tuvo lugar cuando el pasado Adviento) a lo que preparan para la Encarnación.
Llega pues un tiempo de piadosos actos, a esta mariana y callada ciudad, justo al mismo tiempo que se reinician los trabajos de ni se sabe que fase micologica, para dar continuidad,( tras el último abandono que tuvo lugar cuando el pasado Adviento) a lo que preparan para la Encarnación.
Tabla de salvación para unos, y madero de tormentos para
otros, pero que tal vez, “el paraalgo”
servirá, (si llega) dado que tendrá en
la plastificación una oportunidad
experimental, y sin pegamento, aun por descubrir, cuando siempre se ha dicho
que lo mejor, en estos casos, lo suyo era la gaseosa.
Como no podía ser de otro modo, la torturada plaza, fue
dedicada al Sacro Misterio, “Hágase en mi, Su voluntad”. Esclava, por siempre esclava.
Encarnación, en la esclavitud, que toma nombre de su
convento demolido, cuya clausura excomulgada acabó abandonando aquel lugar por mor
de la hambruna, ya que los rezos no ponen peso, y que adoptó por su enclave
mercantil con el sistema de la okupacion, tras la huida del francés, aquellos vendedores
que se enfrentaron a un débil consistorio. Tiempo después, siempre el tiempo, ante
la debilidad de aquellos, ahora divididos, el fortalecido consistorio fuera
devuelta la venganza por estos con creces, derribándolo.
Algo moderno, para esperar por poco tiempo, en espacio
provisional, lo cual permitió guardar en sus entrañas los misterios que por
“amores” nos son desvelados.
Plaza de la Encarnación, plaza de misterio, aunque podía
haber tomado el nombre de Regina de no haber sido por el dogma.
Pero lo peor de la historia está en que, si prospera la
icónica ocurrencia, pierda su nombre con la nueva encarnadura, dura, y pase a
llamarse plaza de los misteriosos gnomos, pues tal será el sentir de pequeñez de sus obligados peatones,
paseando bajo su micologica estructura de lo que sea, si es que se desechó el
cobre inicial, por el desconocimiento del autor, de las altas temperaturas que
nos reserva siempre el verano. Se diría alegremente que se realizaría con madera-metálica.![[P92900544.jpg]](//lh4.ggpht.com/-oeqHo9XnUU4/TpHyfq2Qs6I/AAAAAAAABSo/0zcTH1QRi64/s1600/P92900544.jpg)
![[P92900544.jpg]](http://lh4.ggpht.com/-oeqHo9XnUU4/TpHyfq2Qs6I/AAAAAAAABSo/0zcTH1QRi64/s1600/P92900544.jpg)
Es de temer que a falta de arboleda (si por los malos
mengües aquello no hay manera de evitarlo), y plantan eso, que mal fuera de
madera, y peor de piezas prefabricadas, que en la epatante e inútil cubierta al
menos, que puedan anidar las aves que queden sanas para reproducirse, y con el
tiempo puede que todo sea una importante reserva ornitológica, aunque nadie
pase por debajo.
Así pues, este enclave de misteriosas formas, puede
tomar el nombre de la de las setas, la
de los champiñones, de los pájaros, de las manchas, (por lo que caerá), de
la movida, de la ocurrencia, y de las
mil cosas, porque la Encarnación dejará allí de ser cosa de fe (Dios,
encarnado), si se compara con lo que nos aguarda, aunque más que encarnado,
aquello ponga colorado a tódios.
Francisco Rodríguez Estévez
-Sevilla a 5 de Marzo de 2006
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