miércoles, 17 de septiembre de 2014

Damnificado

Hace varios días que no escribo, y más que por falta de ganas, realizo un ejercicio de prudencia, pues la cosa viene mal dada a pesar de los avisos. Ha sido una suerte encontrar la caja de disquetes, pues ha sido lo que ha evitado que utilizara palabras de la lengua española, lo bastante gruesas, que parecería que estaba enojado, y no estoy por darle el gusto, de momento, a nadie.
Debe de ser que de ver tantos programas, incluidas las noticias, que se acaba creyendo que cuando un abogado se hace cargo del asunto de su cliente, aquel debe de poner todo su empeño en la defensa de los intereses de su patrocinado, el que le paga, pues mira que cosa, ni para eso tenemos esa suerte en lo de la Encarnación de dos responsabilidades, y tres gastos, y resulta que en la aplicación del conocimiento jurídico de quien debe de argumentar los derechos, incluso si no los tuviera, de su cliente, pues que les cuento si sucede lo contrario.
Tenía tanto inconformismo en la cabeza, que no dejaba de rondar en la visita que me ha hecho el responsable de la concesionaria, pues aparte de volverme a decir que aquello es del Ayuntamiento, y que no puede hacer nada, ni tan siquiera en lo de la puerta, que ni me explico cómo puede, no solo disponer de los puestos que no paga ni el canon de ocupación como el resto, y es más, se permite llevar a cabo un alquiler, y hace en el ámbito privado lo que corresponde a la responsabilidad  municipal y autoriza a llevar un cambio de especies, precisamente por aquella que está sobradamente abastecida.  La responsabilidad que ha tenido el detalle de visitarme, además de reiterar que aquello es del Ayuntamiento, para colmatar me dice que confiemos, ¿confiar qué?,  que solo se trate de probar, probar, ¿Qué.
Lesion traumatica de punta de dedoLas pruebas con gaseosa, pues la devaluación de mi puesto será tal que ni me hace falta saber que resultaré damnificado, tanto o más que mi dedo índice, que teniendo en la cabeza esa preocupación, tal que fuera la azotea de la mayor indignación, ha propiciado un gran corte con pérdida de sustancia y gran parte de la uña, algo doloroso que ni os podéis imaginar cómo  puedo escribir esto.
Así pues visto que el cafelito con Juan Ignacio no se produce, que la broma del estor, de Gregorio Serrano, es de puro cachondeo, que la asesoría jurídica, no advierte mis posibles derechos para defenderlos, si la Delegada de casco antiguo no hace ninguna reclamación a las deficiencias del edificio municipal, y el Delegado  Juan García, persona que por su movilidad reducida debería de implicarse en lo de la Encarnación para que cumpla con la Ley de Accesibilidad y ni aparece, si el Delegado de Urbanismo Sr. Vilches, permite tantas deficiencias en edificio público al menos debería de comprobar cómo obtuvo el visado del colegio de Arquitectos cuando ni por error colocaron debidamente las puertas. Así seguiría pero se hace difícil continuar, y no solo por lo del dedo.
Sera muy difícil que como no rectifiquen, me lleve a permanecer por más tiempo en este lugar que se hace inhóspito si después de cuatro años, con dos robos de pequeña monta, un atraco, dos accidentes laborales, un expediente en la Cooperativa, un apercibimiento de la Delegación de Consumo, una puerta inexistente, un traspaso imposible, un café por tomar, y si encima el Gerente de la Concesionaria te dice que no puede hacer nada, que aquello es municipal, ya me dirán entonces, si el aparcamiento es municipal, si la cota menos uno es mercado, si la sinuosa calle es zona común, si el bar de copas era una vía publica, si las fotovoltaicas era un invento, si la Ley de Patrimonio, un cachondeo, y el Reglamento de mercado para aplicar lo que convenga, incluida la mordida, por todo ello, y mas, posiblemente a primero de año lo mismo ya no me impregna de su ponzoñoso bajío, mal bajío, el bicho que cada mañana me saluda, lo que no quita que pueda seguir intentando que esta Encarnación por más que me sería imposible que me resultara ajena, pueda permanecer al menos por una provisionalidad, aun reconociendo que de seguir así tendrá, como ahora pienso tener, los días contados.
Hoy las punzadas del dedo me hacen pensar que tengo algo de fiebre, mañana estaré mejor, y además aun tengo disquetes.
Sevilla a 17 de Septiembre de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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