Los maletines

El timo del maletín
19 OCT 2010 09:32
(Del Blog de Sebastian Torres)


Los maletines suelen estar mal vistos en la política, de ahí que mayormente sean invisibles e inconfesables. Los ministros a sus maletines les llaman carteras, un eufemismo que no deja de tener su doble filo. Los viajantes de comercio saben que sus maletines -gastados como las suelas de sus zapatos- les sirven para vender, pero por alguna razón seguramente infundada la gente tiende a pensar que también suelen utilizarse para comprar.

Por eso, a saber qué se imaginaron los placeros del nuevo mercado de la Encarnación al ver a Monteseirín, que no es viajante de comercio, dirigirse hacia ellos cargado de maletines negros. Ocurrió a finales de agosto pasado y entonces descubrieron que, además de para vender y comprar, los maletines son propicios para engatusar, o para timar.

El alcalde de Sevilla citó a la prensa y a los placeros en la nueva plaza de abastos de la Encarnación y allí se puso a repartirlos. Se dijo que era la entrega de las llaves de sus puestos, después de 37 años de espera en un mercado provisional, así que algunos, delante de los fotógrafos, alzaron la cartera negra al aire a modo de trofeo. Ilusos.

Cuando el acto hubo acabado, una voz educada pidió a los señores comerciantes que, antes de abandonar las instalaciones, tuvieran la amabilidad de depositar los maletines en el lugar habilitado para ello. Así que se fueron sin llaves y sin saber qué era lo que había dentro de tan sugerente objeto de cuero. El alcalde, al parecer, quedó satisfecho.

Casi dos meses después, los comerciantes recibieron ayer por fin sus maletines. En un solemne acto en el Ayuntamiento de Sevilla, el mismo Monteseirín que los utilizó en agosto les entregó las llaves de los puestos. No hay fecha aún para la apertura, que seguramente tendrá su acto de inauguración, su ceremonia y su retrato para la posteridad. Tampoco la hay para la conclusión de las obras del Metropol-Parasol, o sea las 'setas'. A falta de hechos, buena es la política de fotos consumadas.