viernes, 8 de octubre de 2010

Llegaron las lluvias

Se le ven tan alegres

A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde, tal como así empezaba la tragedia anunciada, llegaba el teletipo de agencia con la noticia de que ha sido el propio Rey, quien ha comunicado a la Encarnación el principio del fin.
En las fotos se advierte un notable júbilo en los rostros de los placeros que desataron con la cruz, bien fría, toda la tensión acumulada.
Bajo las chapas que parecía que nunca se podrían abandonar, apareció, después de muchos años sin su presencia, el comerciante inactivo, el único que tiene esta cooperativa en su registro, que por cierto ni es comerciante, ni tiene licencia de venta, ni tiene derechos que puedan en el futuro, ni en el presente, adscribirle en lo de la Encarnación, ni espacio de venta en la provisionalidad, ni títulos nominativos que acrediten su pertenencia a esta cooperativa, pero que desde 2000 en el que causa baja fiscal, municipal, y societaria, por jubilación, se autoactiva, con la sustanciosa asignación que auto elude descuentos legales, para permanecer sin final, (nada menos que ofreciendo su veteranía) como máximo responsable de esta cooperativa de comerciantes.
Desde hace cuatro meses, tiempo en el que se deberían de haber convocado elecciones, acaso sin poder legitimo, y aferrados sin duda a la asignación, la caducada directiva, se ha seguido manteniendo sin que esta irregularidad les afectara aparentemente lo mas mínimo, y sin la menor preocupación , cuando la tolerancia de la situación está fuera de toda duda.
Así ha obrado el destino, todo lo ocurrido se refleja en la felicidad que captan las imágenes, incluso en los de aquellos que ni se molestaron en informar de los peores momentos de una situación llevada a cabo por aplaudir otros intereses distintos a los propios. Ninguna consulta tuvieron a bien hacer a los damnificados, que hoy se les ven tan alegres y felices, y según pudo saberse, que por nada del mundo pensaron en transmitirles las enormes preocupaciones, incluidas en los salarios, que durante tantos años padecieron, y decidieron sufrirlas en el silencio de la responsabilidad, acaso pensaron que mantener la ignorancia y el desconocimiento en el cuerpo social pudiera ser un valor, acaso un merito, pero debe de ser en otros sistemas fuera del cooperativismo.
Se les ven tan alegre, que parecen estar subidos en una nube y aun no se han dado cuenta de lo alcanzado.
Sevilla 9 de Octubre de 2010-
Llegaron las lluvias
Francisco Rodriguez

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