jueves, 14 de octubre de 2010

Grande

Juego de madera

Posiblemente los juegos de maderas sean juegos ecológicos, juegos artesanales realizados por carpinteros, como San José, que en los desiertos chilenos puso nombre a la mina derrumbada donde han sido rescatados todos los que quedaron sepultados, motivo por el que se hizo mundialmente famosa. En lo de la Encarnación, lo de la madera se convierte en un juego de palabras, lo que hace pensar que por aquello, sin duda alguna, tuvo juegos de madera,
Son estas ciclópeas piezas que en la Encarnación colocan, para ponerlas en titánico esfuerzo, en un final de aceleraciones, finas laminas pegadas que hacen llamar •kerto”, por decirle algo, y aseguran que son de pino finlandés, las cuales, se vienen empleando tal como mastodontica arquitectura de puzzle que ,por sus dimensiones, bien sirviera de pasatiempo, se diría que un juego, casi de palabras, para ser montada por equipos, en una divertida confrontación de gigantes, tan propia de los hijos de la grandísima Gea, para quedarse con la Encarnacion de madera, de toda la vida.
Nada extrañaría que de una parte, el de la derecha estaría el formado por “Caco” y “Palas” que bien podría llamarse “equipo constructor”, que se enfrentaría al de la izquierda compuesto por “Mimas” y “Encelado” como equipo promotor, por lo que el apaño esta garantizado, y sobradamente por ello, que puede hacerse un atinado pronostico de antemano que la cosa tiene que acabar en “tablas”.Una extraña suerte de repartir el premio.
Aprietan estos días en su ritmo de acabar toda la madera de la Encarnación, en vano intento de que se acabe todo para Navidad, justo cuando la Encarnación quiere que se empiece de nuevo, como cada año, cuando lo suyo seria que de acabar con la madera, lo esperado, como siempre, sería en Semana Santa. Ese es el misterio.
El milagro esta vez ha sido en Atacama, lugar inhóspito y desconocido donde San José es una mina, que toma nombre protector del carpintero, y a tiempo, con la una capsula pudieron rescatar a todos.
Sevilla a 14 de Octubre de 2010
Francisco Rodriguez

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