lunes, 4 de octubre de 2010

Hoy, mañana será ayer

Tiempo pasado

El prestigioso psicoanalista, que en su materia es profesional relevante, mantiene en su decir, que tiene efectos depresivos estar pensando en lo pasado. Tiempo pasado, no debe de mover molinos, pero ….Peor, asevera, lo tienen aquellos que intentan adelantarse a lo que el futuro depare, pero….. En consecuencia, su consejo es que se viva en el presente, pero, que presente, cuando se presenta de tal manera que, por desconcertante, mirar atrás deprime, y hacerlo hacia delante como que asusta, se hace que vivir el presente es de una gran preocupación.
Con el futuro a las puertas, lastimosamente dependiendo de conversaciones ajenas, y con el presente agotándose, no viene mal recordar el pasado, al menos, es algo que no se discute. Lo de la Encarnación, siempre tendrá alguien que la escriba.
Del pasado, el recuerdo trae la imagen del gran mercado, el centro comercial del centro de la ciudad, y su lamentable abandono. En el próximo pasado, la provisionalidad, el bullicio, los autobuses, los deseos, las ausencias, y su decrepitud.
Del futuro, del desconcertante futuro que está por llegar, de ese futuro que se está negociando por personas que, de aquí a nada, no serán nada.
En el presente, solo se genera la preocupación actual, que hay que vivir en la completa incertidumbre, dependiendo del fino hilo del acierto de las negociaciones.
Como saber que intereses estará defendiendo el responsable publico ¿acaso los de un futuro que no le corresponde? como saber que interlocutor es valido, y que documentos se discuten, pues si esta es tan solo a dos bandas, la banda de los vendedores vuelve a quedar fuera como en el pasado, fuera o fuese, siempre fueron excluidos, expropiados, constreñidos, reducidos, mutilados, engañados, utilizados, y siempre en presente, esperan un futuro en que ni dice nada, ni como en tiempo pasado, ni les dejan.
Sevilla a 4 de Octubre de 2010
Francisco Rodriguez

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