domingo, 30 de marzo de 2014


Prorrateo

Cuentas y cuentos, les cuento que si  ya era difícil que se pudieran desglosar el gasto en la planta sótano en el cuenta cuento anterior, alcanzar la cota cero, en este, ya determina que el costo tiene que ser compartido con otros ocupantes. Contar, y contar y volver a contar.

 No es fácil asumir costos de otras partes. En lo común, la sinuosa calle, en principio oscura,( pues tenia idéntica cantidad de puntos lumínicos que el viario interior) tuvo que multiplicar por diez la iluminación, lo cual elevó también el consumo energético de  una calle de paso continuamente encendida, que en la mayor parte de sus horas no están en beneficio de la plaza de abastos, al tener esta la puerta de mayor afluencia cercana a la calle, y la otra,(que de cuatro hojas solo abre una) con la propia luminosidad interior seria harto suficiente.

Aunque sea mínimo algo suma la conservación de dos parterres evitables, que forman parte de una decoración ajena a los placeros. La limpieza de las escaleras junto con la sinuosa calle, la vigilancia del conjunto, el mantenimiento de las escaleras mecánicas, así como todo lo que conlleva de mantenimiento, vigilancia y limpieza  de los espacios llamados puerta Este, en exclusiva como entrada al ascensor, tal como ocurre en el lado opuesto donde aparte de la entrada particular que conduce al otro ascensor que arranca en el sótano, también tiene la trasera lo que fuera calle de la curva Sur, transformada en bar de copas. Sumar, y sumar y volver a sumar.

En el interior de la plaza de abastos el habitáculo de centralización eléctrica comparte el uso como oficina, acaso sea el único ahorro en aprovechamiento del espacio, desde la cual, minúsculo receptáculo, se distribuye el mantenimiento general, y aparte de los servicios propios de aseos publico, se encuentran también otros de usos generales, ya sean en inverosímiles lugares, tal como en el fondo del cuarto de basura, en la calle oscura, o bajo las escaleras Norte, así como los aseos exteriores de los locales.

Por consiguiente los costos de mantenimiento, conservación, limpieza y vigilancia, desatascos generales, en interior y exterior, así como el consumo energético, al estar englobados, por cuanto son acciones que llevan a cabo el mismo personal, y sin medidores específicos para cada usuario, hace que de nuevo se utilice el prorrateo, elemento de distribución de los gastos, impropios de un edificio del siglo XXI, donde los placeros soportan posiblemente cantidades que corresponderían a otras partes. Gastar y gastar y volver a gastar. Lo cual no es precisamente ejemplo de sostenibilidad.

A fin de cuentas esta distribución es no igualitaria, pues sin contar con los elementos que cada parte debería de tener diferenciados, y sin tener definidas con claridad meridiana las zonas y espacios que se ocupan, ya sea como establecidas, o como parte publica, la cosa evidentemente no queda clara.

Por el contrario, ha quedado claro que si mejorar la distribución de los costos tiene lo que tiene, no lo es en absoluto el poder optimizar el recorrido en el laberinto, y basta empezar por colocar la puerta automática, que aparte de mejorar la afluencia de publico, lo mismo nivelaría la prorrata actual a todas luces desfavorable a los placeros que siguen sin hacer cuentas, ya ven,  de siempre contaron con que se las contarían otros. Pero haría falta mirar,  y mirar, y volver a mirar.

Sevilla a 30 de Marzo de 2014-

Francisco Rodriguez

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