lunes, 24 de marzo de 2014



Wele

 

Después de los mas de tres años pasados en el laberinto, soportando el infame olor que allí se concentraba, posiblemente causado por alguna mas que importante deficiencia en el sistema de una pésima infraestructura del  proyecto imposible, que por mil veces  fue modificado,  pues……… ocurre que  ahora, todo hace parecer ya sea por suerte, o por casualidad, que el fallo ha sido, después de muchos intentos de probaturas, error-acierto, para dar con la tecla, que de forma inesperada de advierte fácilmente que debieron de atinar,  por lo que aquel aroma tan desagradable, desde hace poco tiempo, ha quedado minimizado. Ya no wele………Tanto.

En cambio duele ver cuantas personas tratan de entrar en este destartalado lugar y no hay ninguna responsabilidad que para paliar el estrago que causa, y disponga la solución, por cuanto esta se encuentra en las páginas amarillas.

 

Pero algo da en la nariz del mismísimo Jano, Dios de la puerta, que lo que no se quiere hacer no tiene la minima posibilidad, pues así no hay el menor intento de que pueda correr el aire que permita la renovación en cada ocasión en el que las hojas de una puerta automática  permita el paso a cuantas personas quieran utilizarla en ambos sentidos, ya sea patulsius, o clusivius, principio o final. que por el tiempo que llevamos como con los olores que mas wele, cuando las responsabilidades, que son dos en lo de la Encarnación, ya deberían de utilizar el teléfono para llamar a una empresa de puertas automáticas, y encargando la mas apropiada, definitivamente evitaran estar mas tiempo incumpliendo la Ley de Accesibilidad. Wele. O vale.

Sevilla a 24 de Marzo de 2014
 Francisco Rodríguez Estévez

 
 

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