lunes, 10 de marzo de 2014

Monteseirín, durante su visita a la fábrica de madera de las 'setas'. | ELMUNDO.es

Aceptamos, pulpo. (Mentiras no vale)

 

Hace mucho tiempo que no le creo nada, de nada, de nada de lo que dice, y menos aun después de oír las ultimas palabras, que  por como las dice,  seguro que estas tienen solo en el , todo el convencimiento de su certeza, sin tener que discernir para nada si por estar en el error, salvo los propios, nadie le cree, o por que cree, que nadie, ni sus mas cercanos allegados y colaboradores, se dado cuenta de, en donde está metido desde hace mucho tiempo.

Las ultimas declaraciones me hicieron parecer que  lo de las setas estuviera en otra ciudad, nunca imaginé los beneficios económicos que, según el discurso, (el mismo del delegado),  han generado estas sobre lo de la Encarnación. Parecían ser ciertos los datos enumerados con todo detalle, uno a uno, los millones de beneficios que ha recibido esta ciudad, y que han sido ignorados al parecer intencionadamente.

Es de esperar que estos datos salgan publicados en la prensa, y tener la certeza de los cientos de puestos de trabajos, y la cantidad de empresas que crearon riquezas alrededor de  proyecto panacea, lo que ha permitido que esta ciudad, gracias a semejante cosa, rompa definitivamente con el pasado que la tenía anquilosada.

Es cierto que en el año 2007, era un proyecto imposible, pero también era una apuesta personal, ¡Hagan juego!, y confiando en la corazonada de los números, como si fuera una ruleta,  y confiando en la suerte, y en la fiabilidad de la palabra de  los técnicos  que encontrarían una solución, antes partía que doblá, no se tuvo ninguna duda en jugar, y arriesgar todo, por un proyecto que fuera en el futuro un icono que le recordara, y efectivamente.
El experimento no se hizo con gaseosa, y la patente del pegamento, junto con el sistema de pernos, y las distintas técnicas que deberían de haber estado todas probadas y con garantías en otro proyectos llevados a cabo con anterioridad, pues nada de nada, resulta que fue el dinero publico de esta ciudad el que corrió el riesgo de la apuesta personal, que según dicen, se hizo posible, por suerte, hace nada de tiempo, cuando el anterior delegado dejo el asunto imposible convertido en posible. ¡Más madera!

Dicen que tardaron un año, pero las cuentas siempre las hacen mal, pues desde julio de 2007, cuando se puso la primera madera de la seta uno, a Marzo de 2010, cuando el Sr. Celis deja las setas siendo un proyecto posible, pues pasaron treinta y tres meses, con  aquello dando vueltas, cosa que no quiere decir que haya dejado de rodar, mas cuando no se sabe nada de cómo se resolverá la seta seis, que el problema no es de setas, si no de engaños.

Sevilla a 20 de Julio de 2010

Francisco Rodriguez

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