sábado, 1 de marzo de 2014


Interpretar los sueños

Como solo mientras se duerme pueden aparecer los sueños en el subconsciente, en el coma, el sueño debe de ser despertar.
Durante la ensoñación, el peso de los párpados se encarga de poner toda la resistencia posible, obligando a perder toda voluntad de abrirlos en ese cansancio de la duermevela, donde aparecen las fantasías que forman las imágenes mentales, construyendo una irrealidad que solo puede verse en sueños.

Lo de las setas debe de ser algo de eso que forma parte de "ese sueño" que dicen le van a construir a esta ciudad de las personas, que no despierta, para no ver lo que es la realidad.
En algún sector del órgano pensante, se mantienen unos sombreados puntos de euforia, afectados por la umbría que evitara la irradiación y propagación de la energía natural.

Inquieta que, tanto sueño, tenga que ser debido a la moda de la curva peligrosa, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, tan micologica, tan sinuosa, pues tanto monta hacer, que monta tanto dejar. (En el “madejado” montado y manejado)

No en vano, es importante que en tanto sesteo hipnotico, quede la vigilia para que no baje el ritmo del comentario para mantener latente el pulso de la Encarnación, pues no se trata de ganar o perder, ni de cruzadas templarias, ni cosa de quijote, ni davies contra goliat.
La cosa, es la cosa, pase lo que pase.
A veces sueño, que si se construye esa cosa maldita en la plaza, será por otras cuestiones que el aparente y simple capricho, por caro que resulte, hasta su consentimiento, ni porque esa absurda creatividad no solo perturbe al individuo, a su conjunto patrimonial, al paisaje, ni al colectivo ciudadano, sino que afectada la propia ciudad, y  esta es incapaz de hacer algo por si misma, cuando ante la gravedad, en lugar de un Bay-pass para su corazón, el doctor determina que se le implanten gurumelos. ¡Que tontería!

Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla 25 de Febrero de 2006

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