Una fecha para la colección
Al enorme agujero de esta Encarnación de
misterios, de espantos, de mitos, símbolo del desacierto, cuyo relleno anhela
ser el icono de un paso del tiempo de rosa y sueño, no le faltaron fechas de
inicio, desde el picotazo del 66, ni piedra primera en anteriores proyectos,
cosa que en este está por fotografiar su colocación, le han puesto fecha de
inauguración.
Tampoco es la primera vez que se efectúa
tal declaración, pero es la primera vez que se la concreta, así pues todo está
previsto para que el 5 de Noviembre de 2007, festividad de San Zacarías, padre
de San Juan Bautista, y esposo de Santa Isabel, aunque no queda definida la
hora, si bien parece la del Ángelus como la idónea para esta Encarnación
transformada que ahora inicia su séptima fase de excavación arqueológica, del
octavo proyecto, primero del concurso de ideas, tercer reformado, tercera fase
de obra, primera del segundo concesionario, con el ímpetu y las prisas propias
para que en el Pentecostés de elecciones se tenga, después de ocho años, al
menos, aquello embarbascado.
De momento, se pospone la prometida
exposición con las joyas del pasado, que estaba anunciada en Octubre del pasado
año, y suspendida hasta la semana de entre fiestas, para anunciar su
celebración para la llegada del verano. ¡Cuanto cambio, para que no cambie nada!
A poco que se asomen al solar no es
difícil comprobar que la cimentación de la epatante cubierta hizo estragos
superiores al porcentaje que se defiende, minimizándolos al diez por ciento,
cuando es evidente que lo que se dice es una mentira irrefutable.
Poco queda por creer pero, por si acaso
este fuera (según lo anunciado) el penúltimo verano para los vendedores del
arrinconado mercado provisional, que más que esperar al emblemático, (cuyos costos
en manos inversoras, mas que de sorpresas, puede ser de quiebra técnica) estos
agradecerían una refrigeración cutre, tipo caseta de feria de distrito, para
que refresquen las embotadas ideas, y puedan poner a trabajar los pensamientos
del futuro para aguantar, si es que no aparece a tiempo una bolsita
indemnizatoria, que nunca pagaría el esfuerzo soportado, pero que ayudaría a la
jubilación.
En el museo, la casa de los pájaros
quedará desubicada, tal como en las taladas acacias quedaron los nidales. Mucho
es de temer que si cundiera el pánico y comienza el revoleteo suceda algo,
pues, en lo de la
Encarnación , está probado que los pájaros no tuvieron suerte.
Ni los placeros. Ni las rosas.
Francisco Rodríguez Estévez
-Sevilla 16 de Mayo de 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario