miércoles, 5 de marzo de 2014

 

Para los muertos

Cuenta atrás

Hubiera apostado cualquier cosa, incluso lo que no tengo de que las plumas nos cogería en la provisionalidad. Sin duda el mejor tiempo para iniciar este final que tantos esperaron y tan solo 39 pudieron conseguirlo, lo malo es que todo parece indicar que será para los muertos cuando acabe lo empezado.
No es buena fecha, esta del dichoso mes, nunca lo fue cuando florece la celosía, pues jamás tuvo connotaciones con la fortuna estos días que recuerda las ausencias mas sentidas, aunque en este caso, tiene los muertos todos los números para que le toque poner el punto final a una estancia donde tantas bajas se produjeron a lo largo de mas de 37 años.
Aquel era un tiempo en el que fueron 93, este al parecer será de 39. Ahora es otro tiempo, pero que será al mismo tiempo del cierre, el mismo tiempo de apertura.
El mismo tiempo que llega para el inicio de un nuevo lugar para los supervivientes del otro tiempo, algunos del antiguo, y que lo hacen con la esperanza de consolidar en este su permanencia, aun sabiendo, no solo como le pasaron los años, si no que la plaza de abastos que tanto esperaron, dependerá de la gestión privada, siendo el espacio municipal.
Me jugaría el envite de todo o nada , pero la vida no me permitirá alcanzara a verlo que este no llegará a cumplir, pese a su intención definitiva, de superar las fechas del prístino que se levantó cuando el francés, tras un periodo okupa de cajones y maderas perimetrales, ni las de su periodo amputado por un ensanche inexistente, ni que alcance las de su tiempo de chapas, bidonville comercial donde la resistencia se hizo heroica.
Tiene, este llamado definitivo, acaso mal bajío con la malita cara del amarillo, que ni parece plaza, ni mercado, con mas  semejanza a galería, todas las hechuras de lo efímero, (a poco que las fuerzas flaqueen), y la vocación de multicentro, que da tanto que temer.
Acaso sea una prueba, una dura prueba, a la que le hubiera hecho falta la reflexión para impedirla, pues no será fácil superar el someter a la presión de los nuevos costos, quintuplicados en principio, a los resultados de unas ventas estimadas en duplicarse, lo cual arrojará unos resultados tan imposibles, como cuando lo de la madera, y ya ven, se fue el gafe, y todos tan contentos. ¡Más madera!
Todo se ha acelerado de repente, con esta cuenta atrás de pura carrera por inaugurar aquello a toda costa, que se está rozando peligrosamente la chapuza, ¿cuanto mejor no hubiera sido inaugurarlo una vez terminado?
Es lo que tiene el sonar metálico, aunque sea el de unas llaves, de unas llaves, que no fueron llaves, que fueron maletas negras. Ignorantes de los costos que llevan abrir las puertas, desconocen la cuantía para cubrir esa cuenta, ni se tienen garantía de que dupliquen las ventas. ¡Que no repartieron llaves, que fueron maletas negras!.
Sevilla a 26 de Agosto de 2010
Francisco Rodríguez

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