lunes, 30 de diciembre de 2013


Días de vino

 

Cierto que faltaron rosas, pero la verdad es me vino mejor, pues seria de puro compromiso, y el día estuvo bien, pues la venta sin ser desorbitada, fue mas que suficiente con el publico que vino. El caso que este debe ser mi techo, mi velocidad, mi capacidad de atender al público, a pesar de que algún que otro se tuvo que marchar, más por las prisas que pudiera tener, que por otra cosa.

Al estar ocupado no me quedaba tiempo de mirar, cuantas personas pudieron caer en la trampa de la puerta inexistente, y aunque fueron muchos los comentarios sobre esta deficiencia, no podía prestar atención pues toda la tenia en atender al publico que me hacia despreocuparme de la importancia de la puerta.

Todo empezó como dice una amiga mía, a su amor, poco a poco sin bullicio, sin espera, sin pausa, y en ocasiones unos minutos disponibles para ir preparando cosas. Lo cierto es que vino mucha gente, vino gente del cine, de la política, de la prensa, del sector ganadero, vino la gente que vino, incluso gente del vino, del coro, pues más parecía este día de vino, y también de ausencias. Vino gente de la Universidad, de los movimientos ciudadanos, vino también la televisión, mas de los conservacionistas, y eché de menos a todo el que no vino.

No vino Paquito el cuponero por el que me permito ser ludópata, como queriendo, por ser como es, llegar a ser su mejor cliente, tampoco vino nadie de los habituales amigos que entienden que falta una puerta, tampoco vino mi compadre Juan , ni José Jesús, también compadre.

Siendo un día de vino me consta que el que vino, vino, y me sentí muy contento con cada unas de las visitas que en su mayoría hicieron compra. No vino Marcos que se quedó en el desierto de Almería curándose al Sol, como jamón de Trevelez.

Mas que vino, vinieron de Canarias, la pareja visitaron esta ciudad y se le vino el tiempo encima, pues le vino bien corto, para paladear todo lo que esta ciudad ofrece. Por lo pronto llevan algo de perniles de la Sierra Norte, que darán cuenta antes de tomar las uvas de la suerte, allá en las islas, recordando este día.

También para quien no vino, pues no hubiera podido atender a todos, me vino este recuerdo de un día de vino, que ni tuvo vino, ni tuvo puerta, y que si tuvo mi agradecimiento para todo el que vino, siendo, un buen día.

Sevilla a 30 de Diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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