Que puedo hacer
El puente de este
final de año hace que se prolongue el tiempo de la reflexión, de cosas que quisiéramos
hacer, o corregir, para acometer el próximo, que esperamos que sea al menos mas
esperanzador.
En esta ocasión no tengo que prometerme dejar de fumar como durante
tantos me propuse, pues van para cinco que abandoné, espero que definitivamente,
el consumo de humo de tabaco. Garantizo que tanto mis pulmones, y si acaso mis
bolsillos, bien que lo han notado.
En el esplendido domingo, ultimo del año, antes de que las previsiones
empeoren, tenia hecho mis planes para disfrutarlo, comenzando por el placer de conducir
mi viejo coche para tomar un desayuno en el campo. La idea seria poder estar de
vuelta sobre el mediodía, para dar un paseo por el bullicio del centro y almorzar
en uno de los muchos restaurantes nuevos que, gracias al Sol, se ven al
completo. La cosa continuaba, pero todo se fue al garete.
Salí temprano, y cuando llevaba conduciendo apenas unos kilómetros
un tronconazo sonó en la parte posterior del coche que mas pensé que había pillado
un objeto metálico o un trozo de neumático suelto que no advertí que pudiera estar en la
calzada.
Pero mi gozo en un
pozo no había nada debajo, pero el golpeteo se hacia intenso cuando recuperé la
marcha. Lo peor era que una vez parado, al coger el teléfono pude comprobar que
no disponía de batería, y apenas tendría para un intento mas de llamar, dado
que el número llamado no contestaba.
Al último intento
pude contactar con mi casa para que aparte de darle la posición y circunstancias,
le solicite que llamaran al servicio de asistencia en carretera. Batería agotada.
Pasada media hora me llego la ayuda de mi hermano, que tiene
algunos conocimientos de coche, y tras comprobar el buen funcionamiento del
motor, quiso oír como era el ruido no
identificado que le expresaba, y a ser posible que lo originaba, pero ni uno,
ni lo otro, a pesar de hacer varios kilómetros probándolo.
Llega la grúa, y el mecánico piensa que puede ser debido a las
zapatas de freno, y con el temor lógico de que pudiera agravarse la posible avería,
o producir otra, o incluso el temor de un accidente, lo sensato era montarle en
la grúa y traerlo hasta las puertas del taller.
Aunque faltaban minutos para el Ángelus, una vez superado el
incidente, perdí el interés por llevar a cabo todo lo que el día me ofrecía. Almuerzo
en casa.
Delante del ordenador trato de poner en orden ideas y propósitos
para el próximo año, cuando los que se hacen para un magnifico día no se
pudieron llevar a cabo, lo que me hace temer que posiblemente tampoco, en este
nuevo año pueda llegarme la jubilación como no se instale la puerta en lo de la Encarnación.
Estaba calculando las posibilidades y las estrategias para
conseguir el deseado objetivo. Discernía todo lo había hecho, todo lo que estoy
haciendo, y sobre todo, que puedo hacer, y por el momento lo único que tengo
claro es, aparte de no creer nunca mas a los mentirosos, ni las cosas que te
prometen, seguir pensando que es posible, y eso será algo que ni por ninguna
circunstancia ni imprevisto me puede hacer cambiar de opinión.
Sevilla a29 de diciembre de 2013
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