sábado, 21 de diciembre de 2013


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En-puma-cion

 

Se dice que hacer migas, buenas migas, es llevarse bien, tal como diría el personaje, lo que haya que llevarse. Lo que puede sorprender, después de todo, acaso sea que aun quedara algo.
Eso si seria para hacerlo ver, y que no sea como lo de la puerta en lo de la Encarnación, esa que tenemos que ver, que sin duda alguna tenemos que ver. ¿Pero, como?

Escuchar que lo de la puerta es algo difícil, solo se entiende por las dificultades que se le pongan quienes no saben colocarla, pues estas no pueden existir para un instalador profesional de puertas automáticas de aluminio y cristal, de los que pueden consultarse a través de las paginas amarillas, el asunto es tan simple que la colocarían en una mañana, mejor en una tarde.

Lo que es mas fácil, sin duda,  es entender que cuando se dice que algo tiene migas, lo que evidencia es que se tiene un desconocimiento de lo que se acomete, o cuando menos una escasa preparación para ello.

Es lo que suelo decir para no pintar el techo del salón, que tiene migas, quitar los cuadros, las cortinas, descolgar el reloj de pared con cuidado que es de cuerda, mover los sofás, la mesa, el mueble bar, repleto de libros de colección, el mueble del salón, la mesa de diez comensales, el órgano eléctrico, el viejo televisor, el ordenador y  la mesa de camilla junto con las seis sillas, desmontar las dos lámparas, una de cristal, de ocho brazos, y la otra de metal de seis, y como comprenderán es algo que aunque el salón lo necesita, tiene migas, pero para alguien que en esto se confiesa torpe.

Tanto tiempo dándole vuelta a este asunto, y precisamente hoy, ha venido un pintor que me han recomendado por su profesionalidad, para darme un presupuesto, solo para pintar todo el salón, que para mi tiene su miga, y no solo el techo, y resulta que en blanco mate de plástico, moviendo muebles, con limpieza de suelo y colocación de todo tal como estaba, pues, el equipo lo forma con su señora, y un hijo en paro, lo que hace que lo que de verdad tiene migas es la situación laboral de muchas personas, pues el presupuesto es fácilmente asumible, lo que me hace recordar cuanto cuesta el ganar el dinero, y como se usa en lo publico, cuando el doctor para terminar de pagar los plazos de la madera de las setas, y acabar lo de la Encarnación,  tuvo que votar con la calidad,  para alcanzar las cantidades que faltaban, una millonada que tenia migas.

 Eso sucedía  cuando tenia buena miga en la planta alta con la oposición, ahora lo de la puerta marca que las migas no viene de amigos, pues tampoco puede ser por la torpeza, esa que la delata, como el techo de un salón, a quien se le da mejor otro oficio.

Esto de pintar, no es cosa fácil, y tampoco es como la responsabilidad pública, pues es donde más fácilmente llega el intrusismo, si la gestión, o el hacer, queda en manos de responsabilidades que se prepararon para otras actividades.

 Entones es cuando se advierte que donde la cosa tiene migas es dando vuelta al pan, haciendo migas con los amigos, para compartir con cuantos quieran probar este entrante, que se abre como una gran puerta, preparando el magnifico plato de la fraternidad, oído cocina, de todas las encarnaciones, que tiene su miga que sigan cerrándoseles las puertas.

Casa Pumarejo, Fabrica de Vidrio de la Trinidad, Fabrica de Artillería, Fabrica de sombreros Roche, Huerto del Rey Moro, Puente de Alfonso XII, Cine Cervantes, son “encarnaciones” que forman todos los ingredientes para que se puedan hacer buenas migas, moviendo, y moviendo, para que podamos disfrutar todos del enorme perol.

Sevilla a 21 de diciembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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