miércoles, 1 de enero de 2014


Ni modo

 

Consumido los dos tercios de este primer día, vuelvo al teclado pues ya se me hacia largo, mas cuando el ultimo pasó en blanco.

La intención que me hice para este nuevo año era encontrar de que manera quitar los iones negativos que se acumularon en las neuronas, por mor de cuanto le sucedió a esta Encarnación que, por mas que la tuviera idealizada, le vinieron todas las suertes mal dadas, así entre caprichos y aplausos, entre silencios y laxitud, entre los unos y los otros,  nos apareció en su lugar esta a la que llamaron fruto del papanatismo, y que no nos queda otra para la nuestra que aguantarnos. Eso si, hasta que la tiren, o se caiga.

Ni modo, no hubo otra forma en este primer día en el que el sueño se acabó a las cinco de la mañana, cuando una fuerte lluvia se dejaba sentir, y el desvelo llegó por la ingesta llevada a cabo en las horas anteriores me hicieron levantar de la cama sin tener en cuenta que podían haber respetado que era festivo.

La breve evacuación, con el alivio de la infusión de plantas, mejoró la situación. Una vuelta por la cocina, y la lavadora parpadea advirtiéndome que el lavado hace muchas horas que se acabó. Vuelvo a la cama aun dudando de que pudiera conciliar de nuevo el sueño, pero mira por donde me regaló cinco horas. Nuevo sueño.

La radio me cuenta las noticias mientras caliento el café para el desayuno. Retiro la ultima hoja del almanaque de un año que se nos ha ido demasiado rápido, lo cual no hace sino confirmar lo mayor que debo de ser, y sin otro de sustitución, hace que por el momento ningún calendario marcara este primer día pues el que tenia previsto lo deje en el trabajo. Hoy será pues un día sin fechas, aunque como cada año lo dedicaría a mirar “papeles”.  Tirar los que no sirven,  y archivar tantos otros como cada año, que tampoco sirven, salvo que necesites, posiblemente aquel que no quedó guardado, y que no se encuentra nunca.

Un leve almuerzo, bajo en calorías, que queda destrozado cuando le añado un par de dulces y un bombón de licor, por lo que el propósito de perder peso no ha tenido buen inicio, lo mismo, quien sabe.

De nuevo frente al ordenador, y no hay modo de evitarlo, entro en la pagina del blog, y aunque tengo intención de no escribir nada, ni de la Encarnación, ni de su puerta,  creo que me será muy difícil después de haber leído, entre los papeles que estuve revisando esta mañana, una columna de un periódico, de cuando me publicaban, titulada “El adiós del Tonina”, con fecha del 18 de Mayo de 2005, y lo mas seguro sea que haya pasado desapercibida, pues venia a pronosticar con total acierto lo que pasaría en esta Encarnación disfrazada de ocurrencia germánica, donde le pronosticaron aquello de la puerta de la vanguardia , que como puede comprobarse en la actualidad, o la olvidaron, como la del mercado “emblemático”, (que mercado es un decir) o lo que ocurre  es que también se trate de una inexistente.

 Nueve años después, ni modo hay de saber, viendo eso, si la Encarnación tiene por casualidad la puerta a la vanguardia, que lo mismo la eliminaron como las del mercado, que ya es otro decir,  y si la inexistente, la que permita entrar y salir del mercado, que ya es mucho decir también, que y aun siendo un olvido, no hace falta recordar mas veces que, cuando la instalen, tiene que cumplir la Ley. Pero todo es de temer.

Sevilla a 1 de Enero de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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