martes, 21 de enero de 2014


Sin sorpresas

Cabía esperar lo sucedido, pues por lo general estas cosas suelen pasar.
 Después de tres semanas, el medico me remite al traumatólogo como era predecible. Y para añadir algo, prescribe un nuevo analgésico mas potente, del que, a nada leer le prospecto, casi te quita el dolor con las contraindicaciones.

Algo peor continua cuando en la farmacia no disponen de la crema prescrita, pues desde hace tres meses no tienen existencia de esta. El consejo del farmacéutico es que le comunique la incidencia al doctor para que recete otra similar.

El costo de este ungüento sustitutorio me supone como mejor opción adquirirla, que tener llevar a cabo todo el proceso necesario para que el SAS aporte el porcentaje de la medicación que me corresponde como paciente.
No era ninguna sorpresa. Tampoco lo será que unas plantillas me ayuden a lleva encima el peso de los kilos, y de los años, mas al saberse que, desde que se abandonó la provisionalidad, pesaba  también ser el comerciante que mas años llevaba en esta Encarnación, en la que me pasaron las tres edades, en tres encarnaciones distintas, donde, al igual que la copa transparente deja ver el higo para mostrarnos el enigma del tiempo.

Ahora también me llega una nueva marca, y es que todo llega, es más, si encima puede ser causa de alegría establecer este registro encabezando una nomina en la que ninguno de los placeros la supera, pero eso de saberse el primero no deja de ser preocupante, también hace cincuenta y siete años fui el ultimo, cuando llegué a ser el mas joven.

En esta nueva Encarnación, en la que aparece una segunda generación, en menor medida de otros tiempos, la senectud hace recordar los cambios habidos desde cuando se liaba en papel de periódico, cuando existían pesos de cadena, de fieles y pesas, antes de que llegaran las balanzas automáticas, y con ellas el papel de estraza, que seria sustituido por el timbrado, el de aluminio, y el film, las bandejas de poliuretano, y las maquinas de vacío, y los pesos electrónicos de ultima generación, esos que no todos podemos aprender las múltiples funciones que estas realizan.

En el ticket de compra de la pescadería, un detalle llama la atención, y cierto que me era desconocido pues no había reparado.
Resulta que hebdomadariamente en los hielos del mostrador de los placeres de ictiófagos, hace que en el brillo de tan singular lugar, venga a  inspirar al autor del pensamiento, la frase, o la enseñanza que le llena y le complace, para luego, regalárnosla y de esa forma completar a satisfacción la “vendita” de su muestrario de plata........ y capasanta.

Es otra versión del placero culto, titulo que me otorgó la concejala del pepé cuando vaticinó una Encarnación de cine, y no me quedo otra que añadir “ cine de terror”.
Un entorchado mas este, que no me importará compartir con quien tiene tan loable actuación educativa difundiendo el bien hacer en la vida de forma sencilla, a través de un ticket de compra, que me hace recordar una frase  que nos dejo Juvenal “Virtus nescit labi”, ( la virtud no se equivoca). Acaso fuera por que la virtud nunca busca la salida de esta Reencarnación, pues no encontraría la puerta inexistente. Puerta de la Encarnación
El caso es que sin continuidad, y con la necedad mantenida, nos deja sin palabra y por el momento sin puerta para salir.
Lo mismo seria mejor que meterle mano, a riego de perderla como en la Bocca della Veritá, consultar con la balanza, antes de salir corriendo. Por suerte el pie mejora. Las ventas lo harán en Abril.
Sevilla a 21 de Enero de 2014
Francisco Rodríguez   

No hay comentarios: