Día sin fin
No les he contado que desde el día de Reyes tengo un pié hinchado,
solo uno, el izquierdo. No me he dado ningún golpe, ni me he pinchado con nada,
estaba sentado y al levantarme empezó
con un dolor agudo que remitió al instante y desde entonces no ha cesado.
Aun no había
aparecido la hinchazón solo el dolor. Automedicado con paracetamol un gramo,
sin alivio, y tirando como pude llegó el miércoles. Visita al medico de
urgencia, este observa leve hinchazón y prescribe ibuprofeno 600, es lo que
hay, aun advirtiéndole que esta medicación aparte de subirme la tensión, me agrava un problema de la piel,
que va para tres años, y en espera desde Noviembre de los últimos resultados de
distintas pruebas. La doctora insiste en el tratamiento.
Lo dicho, dos días con la tensión disparatada, y la nueva floración
de manchas en la piel, no aliviaron en nada ni la hinchazón ni el dolor. Sábado,
consulto al farmacéutico, y me recomienda Enantyum, cada ocho horas y Voltaren gel.
Algo de alivio, que aparece de nuevo el dolor, y permanece la hinchazón del
pie.
Estoy por ir al Macarena y esperar cuanto haga falta, con la
urgencia colapsada, aun a riesgo de contraer la gripe, y pedir a Dios que no me
receten nuevamente ibuprofeno.
El día detrás del mostrador en la desértica calle se
eterniza con el malestar que el dolor del pie me causa. En la preocupación ni podía
esperar que alguien tropezara dando con la cara en el cristal pensando que se abriría
una puerta inexistente.
A fin de cuenta aquello es una guasa, y el joven, tratando
de encontrar salida al mercado de la improvisación, llego a este que sin duda
está considerado como máximo exponente en la ciudad de la gracia, antes de las
personas, justo en donde se empleó el dinero de la patronal de la construcción,
en lugar del inexistente, (como la puerta) cuando se pregonaban construcciones de sueños.
El trío de jóvenes están grabando un gag, y nada menos que pensaron
que encontrarían el argumento para la tontería bajo las setas, y así poder
montar la historia, lo cual no es ninguna broma ganarse la vida haciendo tonterías
profesionalmente. La guasa está cuando en lugar de hacer cosas se hacen tonterías.
Por unos minutos he olvidado el dolor del hinchado pié, y el
que me causa comprobar como cada día las personas intentan encontrar una puerta
inexistente, el humor ha sido una breve terapia paliativa, por mas que la improvisación
llevada a cabo fuera excesivamente improvisada,
al punto que recordaba las medidas que aquí se llevaron a cabo, pues cuando una
madera no pega, se inventa el pegamento, a falta de dinero, el voto de calidad,
y si se olvidó la puerta, pues nada mas fácil, se busca la Ley de Accesibilidad, y se
hacen las indicaciones para que se coloque.
Por el momento a estos jóvenes de la improvisación, les he
obsequiado con algo que les puede venir muy bien, posiblemente cuando menos lo
esperen encontraran que se les abrirá la puerta que buscaron en la Encarnación.
Espero que esta noche mi pié pueda obtener un poco de alivio
por los efectos de la medicación, pues será harto difícil de que mañana
aparezcan otros cómicos que lo mitiguen. El martes por la tarde tengo la cita
del medico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario