viernes, 10 de enero de 2014

  Resultado de imagen de aseos en Pompeya
Querer y poder (Aseos públicos)

 Si a lo de la Encarnación la crisis le dio de lleno en el bebe, ni les cuento las consecuencias del pacto de los retretes. ¡Ay, Alameda! ¡Ay, Encarnación! El poder es querer. El poder es poder.

El poder de la memoria de todo esto se hace insuficiente cuando no se encuentra quien pueda querer saber, y los deseos de querer, se desvanecen cuando se sabe ciertamente que estos no tienen el mas mínimo poder.

En lo de la Encarnación nos encontramos con dos responsabilidades, y a la vista está, que padecen el síndrome del chavo, sin querer queriendo, sin poder pudiendo, cuando ambas y por separadas después de tres años, no demuestran el menor interés en querer aplicar soluciones a la enorme cantidad de deficiencias merecedoras de encontrarlas.
 En su lugar, con el autentico estilo “pimpinela” se suceden los reproches. Uno que si le deben, el otro que si no cobra, la otra que no paga. Es el poder querer, y no poder,  y en esas estamos cuando la ciudad saca de las arcas, mas de lo puede, para el pago en metálico, y en especies, de los plazos pactados para el icono del tiempo rosa. Poder pagar, querer cobrar.

Soportes de estantes en los baños para hombre en Pompeya Italia Foto de archivo - 23930250El poder en lo de la Encarnación no es poder hacer, ni querer hacer. Es algo etéreo. Algo intangible pues. por ejemplo,  se lleva casi un año para reparar las puertas correderas de un sistema mas propio del “modernismo” ya inutilizado a finales del siglo XIX.  Un artilugio de rieles manuales guarda la entrada, procedimiento por el que se decantaron instalar en un edificio llamado de vanguardia, plegando hojas de cristal como un biombo chino, lo cual no quita que se pueda reparar, y de paso, en lugar de las desavenencias del guion,  seria mas provechoso proceder a poder solucionar alguna de las múltiples deficiencias que se advierten en este espacio municipalizado, de diseño laberíntico y de complicada compresión, mas cuando ni cumple el propio Reglamento en vigor,  por cuanto debió de soslayarse con alguna intención poco clara, por mas que no queda claro que superficie, planta sótano incluida, corresponde al mercado municipalizado.

Que puede significar para ambas responsabilidades eso de  querer poder, y el poder querer, si el poder es querer ¿Otro pacto de letrinas? ¡Ay, Alameda!.¡Ay, Encarnación!
Con tanto poder, querer, tiene que ser poder querer, y  querer, darle soluciones a una plaza municipal, en la que impera otras acciones que nada tienen que ver con querer poder dar las soluciones que se hacen necesarias, y no inhibirse en los silencios, (no puedo, no puedo) al estilo "chiquito". Mas, cuando después de tres años se comprueba de que en lo de la Encarnación no ha sido suficiente con el poder, poder en mayoría,  pues  querer colocar una puerta, en una edificación de carácter publico, y  posiblemente de titularidad municipal, se hace imposible en la pequeñez, por mas todo sea  para cumplir con  la Ley de Accesibilidad.
Resulta ser insuficiente en el poder, querer, querer  poder. El poder del poder. El poder querer.

El pacto “pimpinela” de las responsabilidades, ....siguen con la copla.."Vete, y coge la puerta,.....y no te sorprendas, olvídate todo, que tu para esos tienes experiencia" (canciones para después de una guerra)
Las partes, que tienen contrato de adjudicación, con subvención y penalizaciones, hacen interpretaciones distintas de la letra pequeña , y del estribillo, pero que nunca están para asumir querer poner la puerta antes de irse.  Ahora están enfrascado en otras salidas para lo cual solo realizan el numero de las cuentas rojas. (Como en los aseos de Pompeya)

No me negaran que la cosa del hito (léase mojón) tiene un “tufo” del querer y no poder, lo que causa es una impresión de incomprensión ya que si estas están en el poder, poder bi-poder, preocupa sobremanera que lo de querer, llegue a ser un nuevo pacto de tolerancias mutuas, como esos  encuentros en los aseos, que posiblemente esté dando el cante.

Sevilla a 10 de Enero de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: