lunes, 6 de enero de 2014



Las que hilan

 En las hemerotecas están recogidas las mitineras frases de elogio que el orador, comparando aquello con la torre Eiffel, nos quería convencer que lo que allí estaba haciendo el doctor era digno de una mente privilegiada con visión de futuro, por mas que una vez publicada, de siempre resultara algo raro, y  si tendría, por casual,  algo que ver con lo se estaba cociendo.

La prensa de hoy recoge la noticia posiblemente que hila con lo de entonces, informando en portada, que el valedor oral de antaño compartía, en aquella fecha, con algo mas que simpatías, hacia la empresa que resultó adjudicataria del concurso por ser la mas económica, y que realizaría la construcción del sueño mas rápidamente,  en el mismísimo centro la ciudad de las personas, capital de naciones. Aquí no pega lo del mimo, ni lo de los pobrecitos placeros. Pero basta recordar que los aplausos fueron estruendo, y quienes tenian que mirar, cuando menos el origen por tanto ruido,  lo hicieron para otro lado.

Si el icono rosa cuadriplicó su costo original, de 33 a 123, y triplicó el tiempo de realización de 2205-2007 dos años  a seis años (2005-2011) siempre, según las hemerotecas, puede leerse que en todo los casos influyeron factores no previsto, es decir las lamentables imprevisiones. Razón suficiente para modificar el original diseño premiado, aumentar el costo, por las modificaciones imprevistas sumando las de seguridad, que con ellas no se contaron, aparte de inventar el pegamento, así como evitar el cumplimiento de los plazos, con extrañas manipulaciones del contrato verbal, subvenciones y vistas socializadas, cuando estos estaban claramente sobre el papel penalizados.
Nadie quita que ya los otros concursantes declararan a los medios que la cronométrica era imposible, nada menos que de un proyecto calificado de imposible, por la empresa consultora de proyectos Arup, y que en la publicidad que cuelga hoy en Internet haga escuchar solo opiniones agradecidas.

Hoy, Enero de 2014, puede verse la desocupación de la calle interior, que en declaraciones del responsable de turno, (que se puede consultar en las hemerotecas), predijo que seria como una prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York.
Los locales próximos tanto de la zona Norte, como los del Oeste, continúan vacíos, lo cual nos puede hacer pensar que “esto”, aparte de icono del tiempo rosa, por el momento, no ha sido la sinergia del denostado sector comercial, ni mucho menos la panacea revitalizadora, eso si, siendo en otro tiempo zona saturada de bares y ruidos, según establecía el propio Ayuntamiento, se ha pasado a autorizar nada menos que una quincena de estos establecimientos, aparte de los ya existian, no menos de diez,  que lógicamente consiguen, cuando menos, evitar la soledad que llego a vislumbrarse en las calles con tantos años de solar, y peor aun, los ocho años que duraron las interminables obras.

Las setas de la Encarnación, de filias y fobias, cuando menos también tuvo aparte del gran rechazo de la mayor parte de la ciudad, bastantes informes desfavorables, tantos técnicos, (el proyecto no se hizo supervisar por el colegio de Arquitectos de Andalucía) como económicos (la utilización del dinero para otras actuaciones proporcionado por los constructores para infraestructuras), a lo que habría que añadir algunas opiniones relevantes que nos descubren que en la cimentación se llevaron a cabo distintos cálculos, y un consecuente sobrecosto, o que al ser la mas invasiva de las posibles, no se puedo realizar la excavación de forma rigurosa conforme a conservar in situ todo lo aparecido en el valioso yacimiento.

Según lo que se ha publicado en estos últimos años, existen informes pidiendo responsabilidades en el propio consistorio por lo mal gestionado que estuvo este asunto y en especial el de partidas de difícil justificación.

Que decir del incumplimiento de la Ley de Patrimonio de Andalucía, e incluso del PGOU, que así lo recoge el Tribunal Supremo de la Andalucía.

Y lo del ahorro energético recomendado por el gobierno de Rodríguez Zapatero, incluso lo de obviar la Ley FERAEE, obligando a los edificios públicos la posible sostenibilidad, mas siendo esto de las setas, proyecto premiado por tal cosa, sin que nadie haya colocado ni un solo panel solar al efecto. Pero lo que cuesta creer que tuviera presentación en el MOMA, como referente de la arquitectura en Andalucía, y ejemplo de la sostenibilidad, y que posteriormente estuviera propuesto para el Mies van der Rohe. Definitivamente costar, cuesta, pero nadie sabe cuanto.  

No se puede afirmar nada, pero tantas circunstancias hilan, por lo que está pasado y no por las que hilan, pues puede ser una estrategia del chapúz, decir que barato le va a salir este arreglito y luego empieza con las dificultades, (No se puede imaginar como estaba esto) (Vaya lo que me encontrado), y el “yaque”, (Yaque tengo esto así) (yaque si esto, yaque si lo otro).
Pero que esto ocurra en las administraciones, que tiene a los políticos electos como recaudadores y garante de la utilización de los fondos públicos, como que me cuesta imaginar que durante tanto tiempo ninguno haya leído la prensa.
Desde hace tres años que se inauguró lo que llaman mercado municipal, que consiste un  irregular espacio de laberíntico diseño, y peor gusto, se hace más patente cada día, que la colocación de las puertas, capricho berlinés, no tienen, por aleatorias, ninguna manera de justificar sus emplazamientos, por lo que es evidente, después del tiempo transcurrido que la Ley de Accesibilidad, de obligado cumplimiento, permitiría equilibrar la errónea disposición de las existentes con tan solo abrir una puerta en la fachada Oeste, coincidente con la Travesía Central, pues no hay forma.
Y todo esto me viene al hilo para pensar, que si en las grandes, e imposibles, actuaciones y concursos de lo público, se realizan sin cumplir los requisitos legales, según la prensa del día ¿a cuento de que cuentas, no se coloca esta puerta?  

Sevilla a 6 de Enero de 2014  

Francisco Rodríguez Estévez

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