viernes, 20 de agosto de 2010

Antes de cerrar, dejen abrir

Algo más que un corte (de cinta)

Tiene lo de la Encarnación, aparte del enorme sobrecoste, y el penalizador retraso, eso que ya se conoce, en la impaciencia de los comunicados, como el estigma inaugural.
Una sangrante herida que, desde que fue anunciado su principio, que también será su fin, no ceja de manar en incontenible hemorragia, lo que hace pensar, y es de temer, que, cuando se abra y aparezca de un amarillo pálido que se las trae, para que con el susto exangüe quede, justo en el día de autos, por mas que parezca obra de espada, que causa fuera, o motivo, del desacertado corte con la tijeras que secciona la cinta, mitad roja y gualda, mitad albiverde, “tu yu”,
Nadie debe de pensar que lo de la Encarnación sea cosa de mil inauguraciones. No cabe en algo tan serio esa broma de ahora inauguramos esto, pasado seis meses lo otro, dentro de dos años, el antiquarium, la estación de metro, para cuando llegue la linea, los locales, las fotovoltaicas, los servicios, y las torres de refrigeración. Que nadie piense tal cosa, siendo esto de lo de la Encarnación algo mas que un nuevo icono que está por encima de caprichos, algo que solo tiene sentido cuando se vea desde el futuro,aun siendo un costoso proyecto de vanguardia, premiado por un jurado internacional y de prestigio, en un concurso en el que estuvieron representado todos los estamentos sociales de la ciudad, y como se puede comprender, es también la mayor inversión realizada en esta ciudad anquilosada en su pasado, a la que había que zarandear con esta actuación, siendo un espacio que se recibió del franquismo totalmente degradado y que solo se puede regenerar de la forma que se ha actuado llenando aquello de fuentes bultos y parterres hemorroides, bancos circulares de piedra, setas revestidas de madera, corte del trafico, retirada de los autobuses, botellodromo en la azotea, y mucha sombra, para crear el ambiente y el microclima que actuando como sinergia se convierta en locomotora del sector, y los pobrecitos placeros que llevan tantos años sufriendo, que puedan los que quepan aguantar el tiron, en este nuevo espacio que Dios mediante se inaugurará cuando todo este completamente terminado gracias al voto de calidad.
Me dicen que hasta es posible que vuelvan los autobuses. Siempre hay buenas noticias, incluso en los peores momentos.
Que nadie piense que lo de la Encarnación sea algo que por cortar una cinta, pueda inaugurarse, así, como así. Entonces nada tendria sentido.
Sevilla a 20 de Agosto de 2010-
Francisco Rodríguez

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